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Reportaje:

"No soy una heroína"

La soldado Lynch acusa al Pentágono de manipulación

"Me han utilizado como símbolo de todo esto, y me parece mal. El arma que yo llevaba se atascó y no disparé ni una sola vez. No soy una heroína. Los héroes son mis compañeros que murieron en la emboscada, los que estaban cerca, los que me rescataron. Yo soy sólo una superviviente". Jessica Lynch, la mujer de 20 años que se convirtió en símbolo de la entrega heroica de los soldados estadounidenses en Irak tras haber sido apresada por los iraquíes y liberada después por un comando, está disgustada "por lo que se ha inventado" sobre su supuesta resistencia.

Lynch ha sido entrevistada por la periodista Diane Sawyer para el programa Primetime de la ABC del próximo martes, y ayer se adelantaron algunas de sus respuestas. El martes, oportunamente el día de los Veteranos, es la fecha elegida para lanzar la publicación del libro sobre Jessica Lynch titulado Yo también soy un soldado, por el que ha cobrado un millón de dólares (unos 900.000 euros).

Jessica, que todavía se está recuperando de una lesión en la columna, que ha perdido la sensibilidad en el pie izquierdo y aún debe caminar con muletas, formaba parte de una compañía de mantenimiento que se perdió en la ciudad de Nasiriya el 23 de marzo y que fue víctima de una emboscada. Once soldados estadounidenses murieron y nueve resultaron heridos. Lynch fue hecha prisionera y nueve días más tarde un comando asaltó el hospital en el que se encontraba y la rescató. Ella está agradecida, pero lamenta que el Ejército filmara la operación: "No sé por qué lo hicieron o por qué dijeron lo que dijeron".

La versión oficial, muy bien recibida por la retórica mediática, fue que la soldado Lynch había luchado como una leona hasta agotar su munición antes de ser hecha prisionera. Por eso obtuvo tres medallas. La versión definitiva admitió que su vehículo chocó contra otro después de haber sido alcanzado por una granada. "¿O sea, que no luchaste como Rambo?", le pregunta Diana Sawywer. "No, me puse a rezar de rodillas y eso es lo último que recuerdo".

Aunque en el libro se incluye un parte médico que asegura que fue violada, Jessica Lynch dice en la entrevista que no recuerda nada y que no quiere hablar de ello "porque sólo pensar en todo aquello me resulta muy doloroso". Desde su regreso a su pueblo de Palestina (5.900 habitantes), en West Virginia, Jessica Lynch ha aparecido muy poco en público y ésta es la primera vez que habla con detalle de su aventura. La joven planea casarse en junio con su novio, el sargento Rubén Contreras.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de noviembre de 2003