El Boca Juniors convirtió el clásico bonaerense contra River Plate en un partido sin pasión. La superioridad del conjunto dirigido por Carlos Bianchi fue minando poco a poco la resistencia de su gran rival. Controlando el medio campo y abriendo el juego a las bandas, Boca encajonó a su adversario y las oportunidades empezaron a caer, una tras otra, sobre la meta defendida por Franco Constanzo. Y eso que no pudo contar con su jugador estrella, Carlos Tévez.
A los 36 minutos una falta botada por Donnet la remató el juvenil Battaglia a la red. Ya en el segundo tiempo, Iarley cerró el marcador con un magnífico tanto tras recortar a dos defensores del River en el área y meter el balón por el palo corto.
Y es que ayer fue noche de clásicos. Por ejemplo, el derby romano se lo llevó el Roma, que venció al Lazio con dos tantos en los últimos diez minutos de Emerson y Mancini. El tradicional duelo inglés entre el Liverpool y el Manchester (1-2) lo decidió el galés Giggs, que marcó los dos tantos de su equipo. El del Liverpool lo anotó el australiano Kewell. El clásico uruguayo entre dos de los equipos de su capital, Montevideo, Peñarol y Nacional acabó con la victoria de los primeros por tres a uno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 2003