El cuarteto Stereoskop, máximo exponente de la escena oscura del rock español, publica en estas fechas Electrika, tercer disco en su carrera y álbum que aúna bases de baile, arreglos musicales de carácter épico y místico, aires electro y concepción tecno-rock, todo ello siempre bajo la determinación de su guitarrista, Álex Brujas, y la voz carismática de Susana Egea. Completan el grupo Luis E. Díaz, que se ocupa de los samplers, y la percusionista Paty Subaru.
Conforme a las tendencias que se estilan en el género y el enorme éxito de bandas como Evanescence, Stereoskop ha situado las canciones de Electrika en una onda más caliente y directa y algo menos tecnificada. Susana, la cantante, asegura que su anterior disco, Malevich, "era mucho más electrónico y frío como el hielo". "Aunque había guitarras, estaban disimuladas, porque el efecto que se buscaba era otro. Éste es mucho más rockero", añade. Alex, factótum musical del grupo, apostilla: "Éste es el primero de nuestros discos en el que nos hemos tomado más tiempo. Ha habido año y medio para elaborar y seleccionar temas de entre lo que íbamos grabando. Después nos hemos puesto a grabarlos de nuevo entre todos para darles un toque de grupo".
Apostando por la autosuficiencia profesional, el grupo compone, produce y edita sus propios discos, pero también realiza sus propios vídeos promocionales. El del primer single, In a while, fue realizado por el humorista Carlos Faemino, pareja sentimental de la cantante Susana y autor de las fotografías y el diseño de la portada del álbum. Entre las actividades del grupo se sitúa también la organización en España, junto a la asociación de fans góticos Los Cantos de Maldoror, del festival internacional Arkana, que aglutina a una buena representación de los fieles del género y sus grupos más representativos y que ya va por su tercera edición.
Estética oscura
No obstante, Stereoskop no limita su proyección a la de una minoría, ya que, como explica Susana, "aunque es cierto que lo oscuro es una opción estética de determinado público selecto, también lo es que lo que importan de verdad son las canciones. Cuando la gente las escucha por la radio sin estar condicionados por una imagen determinada y les gusta, eso significa que la música sigue siendo un arte muy primitivo que toca cosas que cada uno tiene en el corazón. Es la emoción que transmite el artista lo que tiene que calar". Álex puntualiza: "Nos dirigimos a una minoría mayoritaria. Depeche Mode, con el Music for the masses, logró un éxito internacional increíble. ¿Le gustaba a todo el mundo? Pues probablemente no, pero el éxito masivo fue innegable. Lo mismo sucedió con The Cure o con los mismísimos U2 de The Joshua Tree".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 2003