El consejero Xavier Pomés intenta en su carta, publicada en El PAÍS el pasado día 5 de noviembre, salirse del berenjenal en que se metió en su intervención ante el Congreso de Atención Primaria del ICS, y para ello nos invita a la lectura de su discurso. Una vez leído creo poder decirle que la demanda a favor de los 10 minutos por visita sólo puede entenderse como una cuestión de promedio. Es evidente que no todas las visitas son iguales. Lo que se pide es solamente que el número de pacientes que deba atender un médico de primaria permita a éste dedicarles el tiempo preciso. Claro que esto significa contratar más médicos y cuesta dinero. Y aquí está la clave de la cuestión: los recursos económicos de nuestra sanidad son menores que los de la media española, que es de las menores de Europa. Esto se produce porque nuestros políticos han decidido que es mejor gastar el dinero en otras cosas y aquí no vale la comparación del consejero que se pregunta si la población prefiere visitas más rápidas y de menos calidad o una reducción del presupuesto de enseñanza.
El Gobierno debería preguntarnos si preferimos que gaste nuestro dinero en publicidad, en seudoembajadas, delegaciones territoriales u otras zarandajas y no intentar que decidamos entre cosas imprescindibles garantizadas por la Constitución y el Estatut. Pero más que del gasto total creo que el consejero debería hablarnos del uso que hace en su departamento del dinero que le asignan y presentarnos las siguientes alternativas: dedicarlo a aumentar el número de médicos de primaria o bien incrementar los servicios centrales del Departamento o del Servicio Catalán de la Salud. Mejorar los muchos, buenos y casi arruinados hospitales que tenemos o bien construir nuevos a escasos kilómetros de otros existentes infrautilizados. Dotar a los hospitales de moderno equipamiento o bien subvencionar hospitales privados a punto de quiebra. Ésta es la cuestión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de noviembre de 2003