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Una prohibición "inútil y dañina"

Hans Küng se refirió ayer de nuevo a la polémica que ha precedido a su visita a Barcelona. La semana pasada, el arzobispo Ricard Maria Carles prohibió que pronunciara su conferencia en la iglesia del Pi o en cualquier otra de su archidiócesis. "Es la primera vez que un obispo me prohíbe hablar en una iglesia, pero es una prohibición inútil, dañina y contraproducente, porque la gente no entiende el porqué".

"Sería mejor discutir, pero la jerarquía de la Iglesia sólo es capaz de prohibir", manifestó el teólogo, famoso por sus críticas a la curia vaticana. Küng metió el dedo en la llaga y recordó a Carles que "en España sólo el 11% de los ciudadanos practican los domingos". "Sería mejor que el cardenal interviniera para convencer a los creyentes para que practiquen", espetó.

El famoso teólogo insistió también en el "alejamiento" que existe "entre la jerarquía eclesiástica y la base". "Los obispos deben elegir entre la curia y el pueblo, y son pocos los que tienen el coraje de hablar de una situación que no es tolerable", dijo.

Küng no mostró demasiadas esperanzas en que el sucesor de Juan Pablo II modifique su actitud, aunque se mostró deseoso de que "el próximo Papa abra las ventanas de la Iglesia".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de noviembre de 2003