En la primera mitad de este año, las tres empresas privadas -Inscanner, Beanaca y Eresa- a las que el Consell concedió en exclusiva el diagnóstico con resonancia magnética nuclear a pacientes de la sanidad pública han facturado 15,29 millones de euros. Esta cantidad es un 43,3% superior a los 10,6 millones de 2002 y un 22,8% más de los 10,6 millones de 2001 -en ambos casos durante el mismo periodo de tiempo-, de acuerdo con las respuestas parlamentarias facilitadas por Sanidad.
El incremento de gasto de Sanidad por este concepto en los últimos años, y especialmente desde que en 2000 en lugar de comprar equipos públicos y dotar a los hospitales de esta tecnología, optara por mantener la prestación en el campo privado a través de un concierto, ha sido constante. Durante todo el año 1995, las tres empresas recibieron 6 millones de euros y en 1999, 15 millones, la misma cantidad que percibirán por los seis primeros meses de este año.
Por empresas, Inscaner, la sociedad que cofundó el ex diputado y actual concejal del PP en la ciudad de Alicante, Luis Concepción -una firma inmersa en una intensa batalla accionarial en la que los hijos de Concepción reclaman recuperar el 30% de la firma- obtendrá 3,17 millones. Beanaca, la empresa que se reparte con la anterior los diagnósticos en la provincia de Alicante, obtendrá 848.264,52 euros y Eresa, que practica las resonancias de los pacientes de Castellón y Valencia, obtendrá 11,27 millones de euros.
Antes del concierto, los radiólogos del los hospitales públicos presentaron un estudio que mostraban cómo resultaba más rentable a la consejería comprar los equipos de resonancia en lugar de concertar el servicio. El objetivo era evitar que se disparara el gasto, como ha ocurrido, y abrir esta tecnología a los profesionales de la red pública.
En esta línea se manifestó ayer la diputada socialista Encarna Llinares, quien reclamó que los hospitales valencianos tengan sus propios equipos de resonancia . "Si se hubiera invertido en tecnología los valencianos se estarían ahorrando mucho dinero", apuntó Llinares, quien echó la culpa a la mala gestión de Sanidad por haber llegado a una situación en la que "con determinadas prestaciones algunas empresas hacen negocio a costa de la salud de las personas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de noviembre de 2003