El presidente de Brasil, Lula da Silva, anunció ayer su nuevo proyecto de inclusión social, llamado Luz para Todos. El Gobierno invertirá unos 2.000 millones de euros para que en 2008 no haya una sola familia en Brasil sin luz eléctrica, por lo que el Estado instalará gratuitamente la luz a 12 millones de personas, de las cuales 10 millones están situadas en las zonas rurales del país. El anuncio se produce en un momento en que Lula era criticado porque su programa estrella, Hambre Cero, no parece por sí solo capaz de transformar al país.
El proyecto Luz para Todos fue presentado solemnemente ayer en el Palacio del Planalto, en Brasilia. Lula apareció bien arropado para semejante anuncio. Estaban los ministros de Integración Nacional, Ciro Gomes; de Medio Ambiente, Marina da Silva; de Desarrollo Agrario, Miguel Rosetto; de Educación, Cristovam Buarque; de Seguridad Social y Combate contra el Hambre, José Graziano, y la ministra de Minas y Energía, Dilma Roussef, considerada el alma del proyecto y uno de los miembros del Gobierno más volcados en lo social. Roussef había sido guerrillera en sus tiempos mozos.
Al frente del coro de ministros, Lula dijo que el nuevo proyecto beneficiará a las familias más pobres, y salió al paso de posibles críticas de tipo electoralista (el año próximo habrá elecciones municipales) afirmando que hay cosas "que hay que hacerlas" sin tener en cuenta si benefician o no a algunos Estados más que a otros.
Entre esos 12 millones de ciudadanos sin luz, muchos viven por debajo del umbral de la pobreza, al margen del progreso. El índice de desarrollo de esas familias es casi nulo y apenas sí ganan un salario de 200 euros entre todos los miembros de una misma familia. Esos grupos familiares no sólo van a recibir gratis la instalación eléctrica, sino que tendrán después grandes descuentos si el consumo no supera los 80 kilovatios/hora. El tipo de luz que recibirán será monofásica.
Un 62% de los hogares
La región del norte del país, que es la más pobre en índices de renta per cápita y en infraestructuras, es también la más precaria en energía eléctrica: el 62% de la población rural de dicha región carece aún de luz eléctrica (2,6 millones de personas). Le sigue el noroeste, donde el 39,3% carece de luz (5,8 millones de personas). La menos desfavorecida en energía eléctrica es la zona sur, la más rica del país, con un 8,2% de familias a oscuras.
El Ejecutivo ha calculado que el proyecto va a suponer un coste de siete billones de reales (unos 2.000 millones de euros). De la cifra total, dos terceras partes correrán a cargo del Gobierno federal y el resto se repartirá entre las distribuidoras de energía y los Gobiernos de los Estados.
Lula ha presentado metas mínimas bien concretas: hasta el año 2004 recibirán energía eléctrica 400.000 familias; en 2005, 500.000; otras 500.000 en 2006; 300.000, en 2007, y otras 300.000, en 2008.
La oferta de energía, que ha sido considerada como una forma de inclusión social, va a ir, según Lula, acompañada de otros programas sociales, además del de Hambre Cero, en los campos de la salud, de la educación y del abastecimiento de agua potable. Con el proyecto Luz para Todos, el Gobierno pretende generar 300.000 empleos directos e indirectos.
Por otro lado, el Gobierno brasileño aseguró que la economía ha entrado en un ciclo de baja inflación con un alto crecimiento del 18,1% entre 2003 y 2007, con tasas de interés reales (descontada la inflación) del 3,5% en 2004 y del 5% en 2005.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de noviembre de 2003