A la derrota sufrida por el valenciano Juan Carlos Ferrero en su debú, le siguió ayer la del mallorquín Carlos Moyà. Fue éste un traspié diametralmente opuesto al de Ferrero. Mientras el reciente número uno del mundo se enervó consigo mismo viendo el rumbo que estaba tomando el partido y vislumbrando la posibilidad de perder todas sus opciones en la lucha por el liderato del tenis mundial, el mallorquín no se exasperó ante la eficacia del servicio de su rival, Andy Roddick, en la primera manga y acabó perdiendo en tres por 6-2, 3-6 y 6-3, tras una hora y 36 minutos.
Para Moyà el Masters que se está disputando en Houston no ha hecho más que empezar. Para Ferrero podría haber acabado la pasada madrugada en su partido contra el estadounidense Andre Agassi. Una nueva derrota del español en dos sets le dejaría fuera de las semifinales y le impediría concluir el año como número uno.
Moyà, en cambio, no se juega en Houston nada más que su propio prestigio. Él no entra en la lucha por el liderato mundial. Y visto su rendimiento de ayer, parece un firme candidato a clasificarse para las semifinales. En el otro partido de su grupo, el Rojo, el alemán Rainer Schuettler (6º cabeza de serie) se impuso al argentino Guillermo Coria (4º) por 6-3, 4-6 y 6-2, en un partido en el que no brilló ninguno de los dos, mientras que en el grupo Azul, el suizo Roger Federer arrolló al argentino David Nalbandián por 6-3 y 6-0 y se convirtió en el primer semifinalista.
Más que el juego que desplegó, el mayor mérito de Moyà estuvo en su cabeza. A lo largo del partido mantuvo una mentalidad positiva, que no se resquebrajó ni siquiera tras la primera manga, en la que Roddick conectó la mayor parte de sus 14 aces y ganó muchos puntos directos con su saque para concluirla en sólo 24 minutos. El mallorquín, de 27 años, entró en la segunda manga buscando su momento. Y éste llegó cuando Roddick inició una discusión con el árbitro por un presunto ace que le cantaron fuera. "Estás ciego", le dijo. Y, como por arte de magia, sus primeros saques comenzaron a salir por milímetros, a quedarse en la red y tuvo que jugar con segundos servicios.
Era el momento que Moyà había estado esperando y no lo desaprovechó. Rompió el saque de Roddick, se colocó con 3-0 y se anotó la segunda manga, demostrando una confianza en su propio saque que no se había visto en el set inicial. Con esa moral entró en la tercera. Pudo encarrilarla ya en el primer juego, cuando dispuso de 0-30 y luego de una bola de rotura, que no consiguió concretar. "La diferencia con Roddick fue de pequeños detalles", confesó Moyà. "Mis sensaciones del partido son buenas. Creo que lo hice casi todo bien. Pero es evidente que debo mejorar mi revés, porque no me gusta perder".
El partido se decidió con un break que cuadró el estadounidense, de 21 años, en el único juego en que el español se mostró dubitativo con el saque. Roddick se colocó con 5-3 y remató la manga con su servicio. "El partido ha sido muy difícil y lo he ganado", confesó Roddick, que dio así un gran paso para acabar el año como número uno. Moyà se enfrentará hoy al argentino Guillermo Coria. Quien pierda quedará probablemente descartado para las semifinales. "Será un partido importante", reconoció Moyà. "Pero estoy acostumbrado a superar la presión, tras haber jugado ya tres veces en esta competición".
Grupo Rojo. Schuettler (Ale, 6º)-Coria (Arg, 4º): 6-3, 4-6, 6-2. Roddick (EE UU, 1º)-Moyà (Esp, 7º): 6-2, 3-6, 6-3. Clasificación: Schuettler, 1 victoria-0 derrotas (2 sets a favor, 1 en contra); Roddick, 1-0 (2-1); Moyà, 0-1 (1-2); Coria, 0-1 (1-2).
Grupo Azul. Federer (Sui, 3º)-Nalbandian (Arg, 8º): 6-3, 6-0. Federer ya está clasificado para las semifinales. Clasificación: Federer 2-0 (4-1); Nalbandian 1-1 (2-2); Agassi (EE UU, 5º) 0-1 (1-2); Ferrero (Esp, 2º), 0-1 (0-2).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de noviembre de 2003