No cuestiono la R-2 como peaje o no peaje, ni voy a quejarme porque los primeros días haya tenido algunos fallos, que supongo serán solventados prontamente. Yo pretendía ser una usuaria de esta esperada radial en una de las entradas con más población de nuestra capital y una de las más castigadas desde hace muchos años con los diarios kilómetros de retenciones: Alcalá.
Mi experiencia el primer día de apertura es de decepción e incredulidad, pues el "acceso" a la maravillosa radial con el sistema de pago más moderno del momento no existe. Se accede desde una carretera de un único carril estrecho que lleva colapsada años (carretera de Daganzo con polígonos industriales a ambos lados). Estuve en una retención de varios kilómetros igual a la que sufría todos los días. Esta retención no se producía porque entráramos cuatro coches a la novedosa carretera. Esa retención era ajena a ello: la carretera está así desde hace años y desde luego no va a mejorar si ahora pretenden que accedan, además, los usuarios que presumiblemente tendríamos que utilizarla. Si pretendían dar una alternativa a esta zona, pues lo han conseguido, ahora puedo elegir entre una retención gratis y otra de peaje. Pero los habitantes de Alcalá y alrededores gastaremos nuestro tiempo y energía en las retenciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de noviembre de 2003