"Continuaremos sin hacer ninguna concesión. La tolerancia será cero para con los violentos". Así se expresó el presidente del Barcelona, Joan Laporta, después de que, a primera hora de ayer, encontrara la puerta de acceso a su domicilio y sus aledaños repletos de pintadas en las que se le amenazaba de muerte a él y a su familia y se le insultaba gravemente. Las pintadas estaban firmadas por el grupo de seguidores radicales del Barça, Boixos Nois. Laporta presentó ayer mismo una denuncia ante la Delegación del Gobierno de Barcelona.
La persecución de este grupo hacia Laporta se ha recrudecido durante las últimas semanas. El acoso ha sido constante y el presidente del club azulgrana ha visto pintadas amenazadoras tanto en los aledaños del Camp Nou como en las cercanías de los locales en los que ha mantenido diferentes reuniones en poblaciones tan distantes como La Seu d'Urgell, a 164 kilómetros de la capital catalana.
Desde que tomó posesión de su cargo el pasado mes de junio, Laporta se ha mostrado decidido a desterrar todo vestigio de violencia del Camp Nou y a acabar con los privilegios de los que gozaban los miembros de este grupo de radicales. Éstos, por su parte, reclaman de Laporta que rectifique unas manifestaciones en las que les acusó de haberle sometido a chantaje pidiéndole dinero y entradas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de noviembre de 2003