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PRIMER ANIVERSARIO DEL DESASTRE DEL 'PRESTIGE'

La Xunta aprovecha el aniversario del desastre para aprobar un plan contra futuros accidentes

Nunca Máis vuelve a la calle para conmemorar "365 días de dignidad e incompetencia"

Santiago de Compostela

El refrán más manido en los últimos meses por el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, volvió a resonar ayer, en el primer aniversario del accidente del Prestige. "No hay mal que por bien no venga", insistió Fraga. "Aunque no me guste la palabra, Galicia incluso ha salido beneficiada de esto", apostilló. Fraga, repuesto de la crisis política y personal en que lo sumió la catástrofe, acababa de presidir una reunión de su Gobierno en la que, 12 meses después, se anunció por fin un plan de contingencias para disponer de una respuesta más coordinada ante la eventualidad de un naufragio similar.

Lo que no hay, por ahora, son más medios de salvamento marítimo, como le recordaron la oposición y la plataforma ciudadana Nunca Máis, que volvió a sacar a miles de personas a la calle.

"Llevo 15 días afónico y creo que es por el puñetero Prestige. Se me metió dentro y aún no ha salido", bromeaba ayer al mediodía Agustín Pose, uno de los primeros mejilloneros de Arousa que se hizo al mar con su barco para frenar el avance de la marea negra en la bocana de la ría. Aunque el recuerdo todavía pese, el bateeiro se confiesa tranquilo, porque el mar está limpio y su negocio se ha recuperado razonablemente. "Sólo hay una cosa que me indigna aún", advierte Pose, presidente de los mejilloneros de Cabo de Cruz (A Coruña). "Seguimos sin remolcadores, sin barreras, sin succionadoras, sin barcos anticontaminación... Y Álvarez-Cascos puede continuar cazando tan tranquilo". Pose no había visto en la televisión autonómica al delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, el primer portavoz del comité de crisis, explicando: "Dimitir hubiese sido lo cómodo. Lo difícil fue aguantar vela".

La constatación de que la flota de remolcadores y de buques para succionar petróleo en la costa gallega sigue igual de escuálida que hace un año fue el argumento principal de la oposición política y de la plataforma Nunca Máis. "No se puede acabar con la catástrofe por decreto. Y Galicia sigue desprotegida", declaró el líder del PSdeG-PSOE, Emilio Pérez Touriño. "Lo terrible es que si hoy sucediera lo mismo, otra vez derivaría en una catástrofe", abundó el portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xosé Manuel Beiras.

La respuesta de la Xunta había sido la aprobación de su plan de contingencias, que pretende establecer una respuesta más coordinada y con mayores medios de movilización rápida, como barreras y succionadoras manuales, ante un episodio semejante, que se ha repetido hasta seis veces en Galicia en los últimos 35 años. El Gobierno gallego también pretende crear un equipo de seguimiento de los vertidos. Las competencias de la Xunta sólo le permitirían estrictamente aplicar este dispositivo en derrames desde tierra al mar, por lo que sólo tendría aplicación en un caso como el del Prestige cuando se complementase con una actuación del Estado.

Con este proyecto y con las medidas inversoras contenidas en el Plan Galicia, Fraga presentó un balance triunfalista en el que no hubo la menor ocasión para la autocrítica. La normalidad en la costa se ha recuperado en un 95%, según el presidente gallego. El pescado "está más bueno que nunca" y nadie "ha podido presentar un caso de una persona que haya tenido que ir a un hospital por comer marisco". La respuesta de las autoridades españolas será a partir de ahora un referente "a nivel mundial". En cuanto a los actos de protesta que se iniciaron ayer y durarán hasta el domingo, Fraga sólo ve la mano negra de Nunca Máis: "Fue creada y pagada para eso. Y para eso recogió el dinero del que nunca ha dado cuentas".

Las múltiples caceroladas y vigilias convocadas por Nunca Máis reunieron anoche a miles de personas. Las más concurridas fueron las de A Coruña y Santiago, con unas 5.000 personas cada una. Las protestas se iniciaron al mediodía con concentraciones de universitarios en las principales ciudades. La más numerosa fue la de Santiago, con 1.500 personas. El acto principal de Nunca Máis será una manifestación el próximo domingo en Santiago bajo el lema escogido por la plataforma para conmemorar el aniversario, "365 días de dignidad e incompetencia". "365 razones para movilizarse", según el patrón de la cofradía de pescadores de A Coruña, Torcuato Teixeira, miembro de Nunca Máis.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de noviembre de 2003