La poesía ha irrumpido esta semana en la campaña electoral catalana. El fallecimiento, el pasado martes, del poeta Miquel Martí i Pol, que goza de gran popularidad, ha obligado a modificar las agendas de los candidatos que no han dudado en incorporar versos del fallecido en sus mítines. Ayer, en el funeral por Martí i Pol, celebrado en la iglesia parroquial de Sant Pere de Roda, en Roda de Ter, un pequeño pueblo situado a 70 kilómetros de Barcelona, se vivió un momento de tregua en las pugnas políticas. Entre las 400 personas que abarrotaron la iglesia se encontraban el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, diversos consejeros de su Gobierno y los candidatos Pasqual Maragall, del PSC, Artur Mas, de CiU, Josep-Lluís Carod Rovira, de ERC, y Joan Saura, de ICV. También asistieron otros políticos como José Montilla, presidente de la Diputación de Barcelona y primer secretario del PSC; Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura, el eurodiputado Raimon Obiols o el ex ministro Jordi Solé Tura.
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Del mundo cultural asistieron, entre otros,Lluís Llach, María del Mar Bonet, Lluís Gavaldá, Emili Teixidor, Nina y Jordi Porta, así como Joan Laporta, presidente del Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de noviembre de 2003