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OPINIÓN DEL LECTOR

Tenis de Madrid

Compré hace tres semana entradas para el Masters de Tenis de Madrid. Sólo las conseguí para los cuartos de final, porque para cuando se presentó el torneo ya no quedaban para la final ni las semifinales. Eran entradas de tarde (4 a 24 euros cada una y una infantil de 21,60), con apertura de puertas en torno a las 19.00 y derecho a ver dos partidos.

A las 18.00 ya estábamos en la cola, que para entonces era ya considerable. Cuando llevábamos más de media hora, nos enteramos de que Ferrero ya estaba jugando y las puertas continuaban cerradas. A las 19.00 la puerta seguía cerrada, la cola llegaba casi hasta la carretera de Extremadura y el partido de Ferrero ya acababa. Sobre las 19.30 empezamos a entrar y vimos en una pantalla a Feliciano López.

Pensamos que sería el partido del día anterior, pero no, el segundo partido ya había empezado. Nos apresuramos para acceder a la pista central. Allí esperamos el correspondiente juego para poder entrar y, una vez dentro, nos tuvimos que sentar en la escalera, porque los porteros eran incapaces de orientar a la gente. Se empezaron a oír pitadas en la pista y fueron creciendo hasta el punto de que el partido estuvo unos minutos interrumpido por el ruido. El juez pedía respeto para los jugadores. La pitada era para la organización que no fue capaz de disculparse en el momento ni de devolver las entradas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de noviembre de 2003