El arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, criticó ayer el reparto de las ayudas económicas que realiza la Conferencia Episcopal Española a las diócesis del país porque, a su juicio, "es radicalmente injusto". Carles recordó que las diócesis reciben estas subvenciones en función del número de sacerdotes y habitantes que tienen, una ecuación que favorece, según él, a algunas diócesis, como la de Madrid y la de Valencia.
Carles hizo estas declaraciones durante la presentación de las cuentas del arzobispado correspondientes a 2002. El arzobispo subrayó que este ejercicio se cerrará por primera vez desde 1992 con un presupuesto equilibrado que supondrá incluso un superávit de 450.000 euros. Esto ha sido posible, dijo Carles, gracias a una subvención extra de 1,2 millones de euros que consiguió "después de hacer de mendigo muchas veces" ante la Conferencia Episcopal.
"Protesto insistentemente", afirmó, y "seguiré haciéndolo de forma muy dura y crítica". El cardenal, que advirtió de que no desea "abrir una guerra" antes de su inminente retiro, pidió que su sucesor "siga por el mismo camino" e insista en pedir una financiación "más justa".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de noviembre de 2003