Ayer murieron dos operarios en Barcelona, y de otros cuatro en Sevilla, Moratalla (Murcia), Castellón y Don Hierro (Segovia), sumados a cuatro más el pasado jueves. El accidente de Barcelona fue particularmente dramático porque padre e hijo murieron al caer al vacío desde la terraza de un cuarto piso mientras subían con una cuerda una barandilla nueva. Ambos se apoyaron sobre la barandilla vieja que pretendían sustituir. Pero ésta cedió. Según testimonios presenciales, el tercer operario que desde la acera vigilaba la operación era hijo y hermano de los fallecidos. Según la policía autonómica, la Inspección de Trabajo se personó en el lugar del accidente. CC OO subrayó que la obra en que trabajaban las víctimas, que tenían su propia empresa familiar (Ruiz Márquez, que coincide con las iniciales de las víctimas, R. M.), carecía de licencia municipal.
Todos los testimonios consultados explicaron que en el momento del accidente no había ninguna medida de seguridad. Los operarios no llevaban casco ni arnés. Tampoco había instalada ninguna red de protección.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de noviembre de 2003