José María Sánchez Verdú (Algeciras, 1968), es licenciado en Derecho, compositor y director de orquesta. La pasada semana le concedió el Gobierno el Premio Nacional de Música, un galardón que ha compartido con otro andaluz, el barítono Carlos Álvarez.
Pregunta. ¿Cómo ha sido su carrera hasta ahora?
Respuesta. Tras estudiar en Granada y Madrid , decidí marcharme a Roma y, posteriormente, más al Norte: a Frankfurt y Berlín. Pero no olvido el Sur y por eso me escapo cada vez que puedo.
P. ¿Cómo es su trabajo ahora?
R. Hago lo que me gusta. Dirijo muchas veces música actual, que me encanta, y sobre todo compongo. Lo que hago es terminar obras que me encargan de diferentes teatros de ópera, orquestas o festivales en Alemania, Italia o España. También imparto cursos de composición.
P. ¿Cómo es la música clásica actual?
R. Es la que haría Beethoven si viviese hoy; es decir, música en la que la parte estética es lo fundamental y no los fines comerciales. Es un tipo de música que tiene un público importante hoy en día. Hay más gente que sigue la música que mis compañeros y yo hacemos actualmente que la que seguía a Mozart en su tiempo.
P. ¿Por qué está en Berlín?
R. Porque las condiciones de trabajo en España son mucho más complicadas que en Alemania. En Centroeuropa me siento muy cómodo porque es donde me han contratado como director de composición. Vivo en Berlín y trabajo en Düsseldorf. En Alemania existe una gran cultura musical y sobre todo una tradición de siglos. Eso hace que haya muchos festivales y muchos encargos.
P. No hay futuro en España...
R. Si un cantaor de flamenco se fuese a Alaska no podría hacer nada, pues eso sucede con los compositores en España.
P. ¿Le influyen sus orígenes?
R. Por supuesto. Muchas de mis obras tienen que ver con el Sur, con la poesía islámica, con el cruce de culturas que encontramos en Andalucía. Eso ocurre con mucha frecuencia en mis obras.
P. ¿Le atrae la herencia cultural islámica?
R. Siento fascinación desde hace muchos años, sobre todo por la poesía árabe, la pintura y la arquitectura islámica. Por otro lado, puede ser que vivir tan lejos de mi tierra me puede hacer replantearme o acercarme con motivos estéticos a la tradición del Mediterráneo.
P. ¿A quién dedica este premio?
R. A todos los que me han apoyado desde el principio, porque ha sido muy difícil irse a Berlín sin beca, ni nada. Por supuesto a mi familia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de noviembre de 2003