Los 42 millones de euros anunciados en enero de 2000 como coste del tren cremallera de Montserrat se han quedado cortos. El precio final de la obra ha ascendido a 56,8 millones de euros. De ellos, 20,7 los aporta el Departamento de Política Territorial. El resto se cubre con dos créditos: uno de 27 millones y otro de 9 millones que ha habido que añadir a última hora por el desvío al alza del presupuesto.
El Gobierno catalán había descartado construir un cremallera en Montserrat. Así lo narra el actual jefe de prensa de Jordi Pujol, Jesús Conte, en un libro de cuando era jefe de prensa de Política Territorial. Conte explica que había dos proyectos y el cremallera era el peor en todos los sentidos: más lento, más caro, con un periodo de construcción más dilatado.
El funicular, la otra opción contemplada, era capaz de "movilizar a 3.000 personas por hora y tenía un presupuesto de más de 12 millones de euros (2.111 millones de pesetas de la época)". El trayecto duraría unos cinco minutos. El cremallera "tardaría 20 minutos más y saldría por un precio que oscilaría entre unos 20 millones de euros (3.400 millones de pesetas) y unos 28 millones (4.700 millones)". El dato consta en el libro de Conte, con prólogo de Jordi Pujol.
Finalmente, el Gobierno catalán optó por el cremallera, pero con un coste ya superior: 42 millones de euros (unos 7.000 millones de pesetas).
Pero esa cantidad también se ha quedado corta y el pasado mes de mayo, el Consejo de Administración autorizó un endeudamiento de la empresa por algo más de 36 millones de euros. 27 ya estaban previstos; los otros 9 hubo que improvisarlos ante el alza no prevista del coste de la obra. Un portavoz de Ferrocarrils aseguró que todo es legal y que el nuevo crédito ha sido autorizado por el Gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de noviembre de 2003