Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
ELECCIONES EN CATALUÑA | Séptimo triunfo consecutivo

Una campaña para la televisión

Mas ha lanzado sus mensajes coincidiendo con las conexiones de TV-3

En lenguaje televisivo, pinchar significa aparecer en directo. Salvo el día en que el príncipe Felipe y Letizia Ortiz anunciaron su compromiso matrimonial, durante el resto de campaña, indefectiblemente a las 20.35 horas, TV-3, la cadena autonómica, conectaba con los mítines de Convergència i Unió (CiU). Tras una breve introducción del periodista -40 segundos que Artur Mas contaba mentalmente-, las cámaras pinchaban al candidato y éste lanzaba el mensaje electoral del día. Un calculado titular que multiplicaban televisiones, radios, agencias de noticias y periódicos.

Sin embargo, para el equipo de campaña de Mas el resto de los medios eran suplementarios. Hasta la conexión en directo con el noticiario, los periodistas debían conformarse con la conferencia de prensa matinal de presentación de las propuestas sectoriales -sin ninguna novedad destacable- y con el discurso del candidato durante los almuerzos multitudinarios. Nunca bajaban de 700 comensales.

La campaña electoral de Artur Mas ha sido pensada y diseñada para la televisión, para TV-3, la más vista entre los simpatizantes nacionalistas. Y la comunión entre TV-3 y Artur Mas ha sido milimétrica. Un dato: el pasado jueves el Telenotícies vespertino abrió con las polémicas declaraciones del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que abogaba por la suspensión del Estatuto vasco. De inmediato se dio paso al bloque electoral. Y casualmente allí apareció Mas en directo replicando a Rodríguez Ibarra y exponiendo un mensaje apocalíptico sobre la autonomía catalana.

Mas podía permitirse algún tropiezo, alguna salida de tono, una declaración no prevista, pero la conexión de TV-3 era sagrada. La única bronca en público que Mas echó a sus colaboradores fue tras un mitin en Torroella de Montgrí (Girona). El concejal de CiU calculó mal la conexión televisiva y avisó al candidato con 10 segundos de antelación. Mas tuvo que repetir su frase del día.

En los mítines finales de campaña Mas siempre hablaba en primer lugar para no perder su espacio en el informativo. Y volvía a reanudar su discurso, al final del acto, tras las intervenciones del candidato local; del presidente, Jordi Pujol, y del líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida.

En los mítines en las comarcas de Girona, un feudo en el que Esquerra Republicana le pisa los talones a CiU, el conseller en cap arremetió contra los republicanos y su negativa a desvelar los pactos poselectorales. "¿Cómo puede ser que una formación que proclama la independencia pueda dar la presidencia de la Generalitat a un partido que depende de Madrid", se preguntó entonces Mas, y la pregunta apareció en TV-3.

En Lleida, les tocó el turno de recibir pullas a los socialistas, al igual que en Tarragona. En ambos mítines, el candidato de CiU auguró la "defunción" de la autonomía catalana si ganaban los socialistas. Y en Tortosa, los partidos de izquierda fueron blanco de las críticas de Mas por "haber jugado con los sentimientos de la gente del Ebro en contra del Plan Hidrológico Nacional".

Mas, a lo largo de los 15 días de campaña, ha cuadrado las conexiones. Una diminuta pantalla luminosa en el atril le avisaba momentos antes de que TV-3 le iba a pinchar. Ha sido el candidato de la imagen, no sólo en sus apariciones en televisión, sino también en la escenografía de sus mítines, plagada de vídeos en los que se acentuaba el perfil humano del candidato y en los que de día en día Pujol se hacía menos visible.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de noviembre de 2003