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ELECCIONES EN CATALUÑA

Tarragona vuelve a dar su confianza a CiU pese al trasvase

CiU y el PSC no cuajaron ayer en Tarragona, que huyó del voto útil y donde las únicas fuerzas que aumentaron fueron republicanas y populares. Tarragona se vuelve más complicada para CiU, que, pese a ganar de nuevo su confianza y mantenerse como la más votada, continúa con una tendencia a la baja iniciada en 1988, cuando obtuvo su máximo resultado de 10 diputados. Sigue perdiendo votos (más de 14.000) y, con ellos, un representante menos de los ocho que logró en los pasados comicios. Pero Tarragona se le resiste también al PSC, y los votantes de la provincia más meridional lo volvieron a evidenciar: cinco diputados, los mismos que obtuvo en 1999 (lograron seis, con un diputado de Iniciativa per Catalunya, que ayer renovó el puesto). Un resultado que es de difícil justificación en unas comarcas, las del Ebro, en las que las aguas bajan revueltas con motivo del Plan Hidrológico Nacional, y de las que se esperaba ganancia para los pescadores de izquierdas y un voto de castigo a los partidos que lo refrendaron: CiU y el PP. Nada más lejos de las previsiones. El PP ganó ayer 5.000 nuevos votantes y refrendó los dos diputados que mantenía.

Si la ganancia no fue para el PSC, sí lo fue para ERC, que aumentó su representación en todas las comarcas y en algunas, como Priorat o Ribera d'Ebre, le llegó a desbancar. En Deltebre quedó como fuerza más votada.

El diputado que los convergentes perdieron ayer en las urnas fue a parar a manos de los republicanos, que han capitalizado el descontento en las comarcas del Ebro y cuyo crecimiento resultó gigantesco (de más de 25.000 votos en la provincia). ERC sumó tres diputados, uno más que en 1999, y rozó el cuarto. La llamada al voto útil de los socialistas no causó daño a la diputada por Iniciativa per Catalunya, Dolors Comas, que revalidó su puesto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de noviembre de 2003