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Crítica:LA LIDIA | México

Toreo aromático de Jerónimo

Por su aromático toreo cargado de sentimiento y ejecutado a cámara lenta Jerónimo cortó la primera oreja de la temporada a su pastueño primero, aplaudido en el arrastre. Obligó al astado a humillar y ejecutó una faena en que ligó cinco colosales tandas de redondos en los que cargó la suerte y corrió la mano con una lentitud que detenía el tiempo y parecía que las manecillas del reloj se paraban. Despachó al oponente de una media lagartijera. A su aplomado y soso segundo le hizo embestir y repitió su muleteo de buenos aromas. Sus derechazos y vitolinas volvieron a calentar los tendidos pero a la hora de la verdad mostró el revés de la medalla, pues pinchó nueve veces y escuchó dos avisos.

Montecristo / Zapata, Gutiérrez, Jerónimo

Toros de Montecristo: justos, débiles; 1º, 4º y 6º, descastados y descompuestos, 2º, 3º y 6º, colaboraron. Zapata: vuelta Y silencio. Alfredo Gutiérrez: división; aviso y palmas. Jerónimo: oreja; dos avisos y división. Al terminar el paseíllo el público tributó una ovación de tres minutos en homenaje a David Silveti, que falleció el día 12. Monumental Plaza México, 16 de noviembre, 3ª corrida. Mala entrada.

A Zapata le tocó el lote más malo. Su revoltoso primero, pitado en el arrastre y que además de tener recorrido corto calamocheaba, le hizo una lidia acertada. Se lució en un quite por faroles invertidos y en las banderillas. La primera la puso al quiebro, la segunda galleando la colocó a la moviola y la tercera por los adentros. Aunque el bicho no podía tenerse en pie, el diestro se volvió a lucir en su trasteo. Lo despachó de un estoconazo y aunque hubo petición de trofeos la autoridad lo negó. Con su bronco, probón y gazapón segundo lo trasteó con decisión y acierto.

La actuación de Alfredo Gutiérrez fue muy irregular. A su primero, aplaudido en el arrastre, no le aprovechó del todo su fijeza y el largo recorrido. De hinojos lo recibió con una larga cambiada para quitar por chicuelinas, tafalleras y caleterinas pero su trasteo fue de más a menos y sólo templó dos series de derechazos. A su reservón segundo lo toreó sin gusto alguno.

Durante toda la corrida estuvo presente el recuerdo del Rey David y Jerónimo y Gutiérrez le brindaron sus primeros toros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de noviembre de 2003