Los jugadores españoles se refugiaron en el vestuario a llorar. Una caseta con las duchas estropeadas, la caldera bajo mínimos, el agua fría y un ambiente helado."Si es normal, yo ya lo veía venir, si no las metes te matan", decía moviendo la cabeza a un lado y al otro Riera. "Yo he tenido tres oportunidades muy buenas y he fallado", comentaba responsabilizándose el mallorquín. "La gente está fatal", decía lacónico el madridista Borja. "Es una gran desilusión", comentó Valdes, que añadió: "Estamos desmoronados". Mientras, en el vestuario de los noruegos las puertas retumbaban y los gritos y los cánticos irónicos de "que viva España" resonaban por todos los pasillos.
Juan Santisteban, el seleccionador español, estaba sereno. Recibió abrazos de varios directivos de la federación y sonrió con discreción. Alabó el juego del equipo, "hemos hecho un gran primer tiempo y un buen segundo", y recordó la pobre oposición sueca: "Ellos han tirado una vez o dos. Qué se le va a hacer. El fútbol es así. Siempre se cumple el tópico de que si perdonas al final pierdes". Sobre la certeza de que España no estará en los Juegos, se limitó a agregar: "Es una decepción muy grande". En su opinión, y en la de algunos de los jugadores como Arteta, "el golpe es demasiado fuerte", en referencia al sistema de la competición. "No sé por qué han hecho este sistema de clasificación", se lamentó.
La frustración de la derrota se dibujó en todas las caras de los futbolistas españoles, pero, sobre todo, en la de Arteta. El vasco no acabó el partido por perder los nervios y darle dos manotazos a un rival
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2003