Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El ministro griego de Justicia dice que espera que se fije pronto el juicio a los dos españoles

El ministro griego de Justicia, Filipos Pechalnikos, declaró ayer que el caso de los dos españoles detenidos desde junio y en huelga de hambre hace más de 40 días, está en manos de la justicia y se espera que pronto se fije fecha para el juicio. Pechalnikos dijo que "lo único que podemos hacer es pedir a la justicia que no tarde en fijar la fecha para el juicio". Fernando Pérez Gorraiz, de 21 años, hospitalizado en un centro médico estatal de Atenas desde la semana pasada, y su compañero Carlos Martín Martínez, de 26, que regresó el martes a la cárcel de Koridalos en la capital helena, iniciaron una huelga de hambre el pasado 5 de octubre para reclamar una fecha para el juicio.

Los dos españoles, junto a otras 200 personas, fueron detenidos el pasado 21 de junio en Salónica durante una manifestación antiglobalización. Una junta de jueces de Salónica ordenó la detención preventiva de siete personas, entre ellos los dos españoles, cuatro griegos, un sirio y un inglés, acusados de dañar la propiedad pública, perturbar la paz social y llevar armas en sus mochilas.

Los siete se encuentran en huelga de hambre y, según los médicos que les atienden y del Grupo Legal 2003, que se encarga de su defensa legal, "se encuentran en un estado muy débil de salud". Pechalnikos desmintió que Martínez haya sido objeto de maltrato en un hospital cercano a Salónica, adonde fue trasladado tras presentar problemas de salud.

El médico de turno responsable del hospital Agios Pavlos en Salónica declaró a los medios de comunicación locales que Martínez llegó custodiado por un fuerte contingente encapuchado de la policía antiterrorista y que se había negado a examinar al paciente si no se retiraban las fuerzas del orden de la habitación.

El ministro afirmó que el pasado 11 de noviembre, los cinco detenidos en la cárcel de Diabatón, en Salónica, fueron trasladados a Atenas "debido a que necesitaban seguimiento médico continuo y para velar por su salud", ya que la primera prisión no contaba con una clínica.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2003