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Canadá, Chile y México rechazan un pacto comercial 'descafeinado'

Brasil y EE UU prefieren un acuerdo que permita opciones "a la carta"

Las negociaciones para alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) estaban ayer en punto muerto por la oposición de Canadá, Chile y México a la propuesta acordada por Brasil y Estados Unidos, que consideran una versión descafeinada del tratado. EE UU y Brasil, copresidentes de la cumbre, prefieren sellar un acuerdo básico con dos niveles de compromiso que permita a cada país seleccionar áreas de comercio "a la carta", antes que concluir la octava ronda del ALCA con las manos vacías.

El bloque Canadá-México-Chile (que ya tiene acuerdos comerciales con EE UU) insiste sin embargo en un pacto amplio que suscriban todos los países al mismo tiempo, en el que se incluyan los capítulos de servicios, inversiones, normas de compras gubernamentales y protecciones de la propiedad intelectual, que son "opcionales" en el plan de EE UU y Brasil.

Los dos gigantes del norte y sur del continente han encontrado en la "versión descafeinada" una fórmula que les permita acomodar sus diferencias y proteger sus intereses. Tal fórmula crearía un primer nivel que excluye los puntos de controversia -como los subsidios agrícolas de EE UU que Brasil quiere eliminar o la protección de la propiedad intelectual que EE UU trata de imponer-, y un segundo nivel en el que tendrían cabida acuerdos plurilaterales. Los 34 países pueden adoptar su propio ritmo de adhesión.

La idea de las fases ha surgido en gran parte por la presión de Brasil y sus socios de Mercosur. Este bloque ya ha dicho que se quedaría en el primer nivel. "Se trata de hacer un acuerdo permisivo que no imponga un traje único para todos", señaló el ministro brasileño de exteriores, Celso Amorim. Brasil está además interesado en otros trajes. Amorim es defensor de negociar tanto el ALCA como posibles pactos con la Unión Europea a través de Mercosur. "Europa es un mercado tan importante como EE UU para nosotros, lo que pasa es que el de EE UU es más dinámico, tiene menos barreras, pero estamos igualmente conversando con la UE".

Amorim mencionó la "puerta" europea como recordatorio a EE UU de que tiene otros "novios" que le cortejan. "La monogamia comercial es muy poco saludable, nosotros estamos a favor de la poligamia", afirmó insistiendo al mismo tiempo que a Brasil no le importa que EE UU firme acuerdos bilaterales con otros países. Amorim respondía así al anuncio hecho por EE UU el martes sobre la apertura de pactos bilaterales con varios países latinoamericanos como un "proceso paralelo" al ALCA.

EE UU iniciará el año que viene negociaciones comerciales con cuatro países andinos -Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador- y con Panamá. República Dominicana será el siguiente y está además a punto de finalizar otro acuerdo con Centroamérica. "Si lo han hecho para presionarnos, están perdiendo el tiempo", subrayó Amorim. "Además, una cosa es anunciar un acuerdo y otra llegar a implantarlo", añadió.

Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y César Gaviria, presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), constataron ayer en el marco del ALCA la "desilusión" con el neoliberalismo. Según ellos, el ALCA es un "instrumento de desarrollo" pero se está negociando en un "entorno difícil" por la "preocupación que ha generado el neoliberalismo", afirmó Gaviria. Iglesias opina que los "problemas comenzarán cuando se apruebe el ALCA porque los países tendrán que hacer un esfuerzo para mejorar su competitividad".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2003