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OPINIÓN DEL LECTOR

¿Es el Ayuntamiento demócrata y justo?

Por haber realizado unas calas para ver el estado de las vigas, y poner 6 puntales, cuyo trabajo lo hicieron 3 obreros en 2 tardes, se nos manda una factura de 5000 euros, en la que se dice además que se utilizaron camiones, grúas y andamios. Lógicamente, para realizar el trabajo descrito, no se necesitan ni camiones, ni grúas ni andamios. Pusimos un recurso en el plazo correspondiente, diciendo que no estábamos de acuerdo con eso, y que nos documentaran la utilización de esas máquinas. Nunca nos contestaron a ese recurso. Unos meses después nos llega nuevamente la factura, añadiendo además un 16 % por no haberla pagado en la fecha anterior.

Consultamos a un abogado, el cual nos dice que contra el Ayuntamiento no hay nada que hacer, pues la justicia da por sentado que el Ayuntamiento dice la verdad, y si dice que para hacer unas calas en un muro han utilizado lanzacohetes, pues es verdad. ¿Por qué las obras realizadas por la empresa Ortiz, concesionaria casi de por vida, de las obras realizadas por el Ayuntamiento, cuestan el doble o el triple que las realizadas por otra empresa normal? ¿Si por poner 6 puntales cobra 5000 euros, cuántos miles de millones se va a embolsar por la rehabilitación del Museo Municipal, que lleva realizando desde hace un año?

No es esto todo. Las calas realizadas ahora, son hechas 5 años después de haber terminado la rehabilitación integral del edificio, rehabilitación promovida, subvencionada y supervisada por la EMV, cuyos técnicos son los de Gerencia de Urbanismo. ¿Por qué Gerencia de Urbanismo dio el visto bueno y subvencionó una rehabilitación que 5 años más tarde dice estar mal hecha y que hay que volver a hacer? 40 millones de pesetas hace 5 años, otros tantos ahora. ¿Quién se beneficia con las tan cacareadas rehabilitaciones de las zonas antiguas y pobres de Madrid? En primer lugar los bancos, en segundo lugar las constructoras, en tercero los arquitectos y demás técnicos. ¿Quién es responsable de todos embrollos?

Invitamos a los profesionales del periodismo de investigación a que investiguen, tienen mucho trabajo. Invitamos también a profesionales de la abogacía interesados en luchar para que reine la justicia a fin de que nos ofrezcan su ayuda. Ni derechos humanos, ni derechos constitucionales, ni igualdad ni justicia, nada existe. Sólo nos queda echarnos al monte o la impotencia y la rabia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2003