Un grupo de ecologistas lanzó ayer a la Ría en Bilbao una docena de claveles blancos, tantos como meses han transcurrido desde que se hundiese el Prestige. Con monos como los usados para recoger el chapapote y una bandera de Nunca Máis, exigieron así que no se olvide la catástrofe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de noviembre de 2003