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Entrevista:IÑAKI SÁEZ | Entrenador de España | FÚTBOL | Reflexiones tras la clasificación

"Me siento más seleccionador"

Los signos de la tensión se observaban en el rostro fatigado de Iñaki Sáez (Bilbao, 1943) en el vuelo de regreso a España. La selección acababa de aplastar a Noruega en Oslo, tras un partido magnífico, marcado por las decisiones del entrenador, que estaba bajo sospecha en las últimas semanas. "He pasado días muy malos", reconocía en el avión, "pero me siento feliz por los jugadores y por la federación". Esta vez, su cansancio estaba atemperado por una alegría evidente. "Sí, me siento más seleccionador después de esta victoria", señalaba.

Pregunta. ¿Siente que ha salvado la promoción de descenso en lugar de obtener una buena victoria?

"No me sentí acosado por la prensa, ha sido un sarampión que tenía que pasar"

"Raúl es un futbolista tremendo, tiene una jerarquía enorme. Lo ve todo y lo persigue todo"

"Pese a las victorias, se estaba generando la impresión de que yo no daba la talla"

R. En competiciones cortas, como ocurre en las fases de clasificación, no te puedes permitir ni un solo error. Nosotros tuvimos uno, muy grave, frente a Grecia, que nos condenó a la repesca. Pero el balance era bueno antes de ese partido y lo ha sido después. El fútbol siempre ha ofrecido este tipo de sorpresas.

P. La derrota con Grecia y el inesperado empate con Irlanda del Norte se produjeron en junio, el mes fatídico de la selección. ¿No se puede evitar este problema?

R. Me preocupó lo que sucedió en el mes de junio, con los malos resultados, y me preocupa para el futuro, porque la Eurocopa también se disputará en junio. Tenemos una ligera ventaja esta temporada: ganamos una semana de descanso tras el final de la Liga. Pero la realidad actúa contra la selección. El calendario es muy largo, con 20 equipos en Primera División, y se trata de una Liga muy competitiva, donde todos pueden ganar a todos. Eso significa que los partidos son muy exigentes. Si a eso se añade la tradicional eficacia de los equipos españoles en la Liga de Campeones, es lógico que los jugadores acaben extenuados la temporada.

P. ¿Le sorprendió el pesimismo que precedió al partido de Oslo?

R. Sí, porque sabía que teníamos equipo de sobra para conseguir la victoria y la clasificación. También sabía que en algún momento encontraríamos dificultades. A este nivel es difícil pensar en paseos militares. Obtuvimos una victoria sufrida en Valencia, pero el juego fue bueno, con un gran número de oprotunidades. Me pareció que estábamos en la línea correcta. Sin embargo, escuché un aluvión de críticas. Me soprendieron un poco.

P. ¿Siente que la contundente victoria de Oslo ha acabado con una cierta sensación de provisionalidad como seleccionador?

R. Se me ha visto en muchos sectores como un seleccionador provisional. Creo que eso viene de mi trayectoria, que fundamentalmente se ha desarrollado en las categorías inferiores de la selección española. Tenía que demostrar a la gente que era un entrenador capaz. Me he sentido examinado constantemente, sobre todo tras la derrota con Grecia. No ha importado que la selección haya ganado cinco partidos desde aquella derrota. Hemos vencido en todos los encuentros desde el verano, pero se estaba generando la impresión de que yo no daba la talla. Han sido meses muy difíciles.

P. ¿Se han cambiado esos prejuicios?

R. No lo sé. Mi obligación es que se cambie esta opinión por la fuerza de los hechos. Hay algunos factores que merecen ser analizados. ¿Se está construyendo un equipo con garantías a partir de un núcleo muy joven? Sí, estoy convencido de ello. ¿Hemos obtenido buenos resultados? También digo que sí, a pesar del traspiés frente a Grecia. Echo de menos análisis más rigurosos, más profundos.

P. ¿Se ha sentido respaldado por los jugadores?

R. Absolutamente. Han tenido una actitud y un comportamiento excepcionales. Tengo la mejor impresión de ellos. Les conozco a casi todos desde niños y su respuesta siempre ha sido modélica. No tenía tanta proximidad, por ejemplo, con Raúl, Helguera o Baraja, a los que no dirigí en otras categorías. Su compromiso con el equipo en este año ha sido total. En general, todos los jugadores saben cómo soy y qué les voy a exigir.

P. ¿Cómo es?

R. Me gusta sobre todo que haya una buena comunicación con los futbolistas. No soy un autoritario. No va con mi personalidad. Prefiero convencer, explicar las cosas. Ya sé que hay muchos entrenadores que piensan que no es conveniente hacerlo. Durante mi etapa como jugador, la mayoría de los entrenadores no me daban explicaciones. Yo prefería escucharlas. Los futbolistas no deben pensar que las decisiones son caprichosas.

P. ¿Cómo es su relación con los futbolistas?

R. Es muy buena. Tengo 60 años y evidentemente hay una distancia con ellos. Es ley de vida, pero existe una estupenda comunicación.

P. ¿Se ha sentido incomprendido?

R. Por parte del equipo y de la federación, no, en absoluto. Fuera de ese ámbito, sí he visto un cierto grado de incomprensión. Esta victoria tiene un valor muy importante para mí, pero también lo es por lo qu significa para mucha gente de la federación. Sé muy bien lo que han sufrido y están sufriendo en los últimos meses. Me ha producido una gran satisfacción darles una alegría en estos momentos delicados.

P. El equipo de Oslo presentaba cambios poco políticos, criticados mayoritariamente en los círculos periodísticos. ¿Se siente especialmente reivindicado por la victoria?

R. No. Me quedo con el buen partido que hizo el equipo. Funcionó maravillosamente, con una gran circulación del balón, tal y como les había pedido. Era más necesario que nunca. La posesión era fundamental, sobre todo porque cuatro días después del encuentro de ida se iba a apreciar la fatiga en los noruegos. Para conseguirlo, necesitaba tener el máximo de jugadores capaces de asegurarnos esta línea de juego. Por eso me incliné por Xabi Alonso y Valerón, que respondieron a la perfección, lo mismo que Albelda, que no perdió una pelota en todo el encuentro.

P. ¿No le preocupaba la inexperiencia que pudiera tener Xabi Alonso en un partido de tanta exigencia?

R. No tuve ningún miedo, primero porque Xabi es un jugador de gran personalidad. Además soy de los que creen que los buenos futbolistas se crecen en los grandes partidos. Quiero que el equipo llegue curtido a la Eurocopa. Allí no se pueden hacer experimentos. Pensé tres cosas respecto a Xabi: primero, que es un gran jugador; segundo, que él creía que no iba a jugar; tercero, que respondería perfectamente a la confianza de su entrenador.

P. El presidente de la federación le ofreció la renovación inmediatamente después del partido. ¿Hay respuesta?

R. Es algo que el presidente tiene por norma en circunstancias como ésta, cuando el equipo se clasifica para las fases finales de un Mundial o de una Eurocopa. Estoy halagado por la oferta, pero todavía no he dado el sí definitivo. Este tipo de decisiones siempre las sopeso con mi familia.

P. ¿Se siente más seleccionador desde ayer?

R. Sí, me siento más seguro. He tomado decisiones que han salido bien, se ha clasificado el equipo. Me siento feliz.

P. Dio la impresión de que llegó a desestabilizarse por las críticas.

R. No me desestabilicé, pero reconozco que he pasado malos días, no tanto por mí como por los jugadores. Me sentía ante un momento de gran responsabilidad. Pensaba en los momentos de mala suerte que se viven en el fútbol. Quería que el equipo alcanzara su objetivo, un equipo joven, con buenos jugadores, excelentes profesionales, un equipo con futuro, con cinco chicos menores de 21 años. Por lo demás, me sentía arropado por la federación y tenía una gran respuesta del grupo de futbolistas. Eso es un privilegio.

P. ¿Se sintió acosado por la prensa?

R. Acosado, no. Simplemente ha sido un sarampión que sabía que tenía que pasar. Tenía que venir el momento del aluvión.

P. ¿Qué le falta al equipo para generar una confianza definitiva a su alrededor?

R. Nos falta gol, concretar el altísimo número de ocasiones que creamos en cada partido. Quizá no jugamos muy bien en junio, en los partidos frente a Irlanda del Norte y Grecia, pero no olvido que en Belfast, o el otro día ante Noruega, rematamos 30 veces. Es una barbaridad. Significa que las cosas están bien hechas.

P. No conocía a Raúl de su etapa como responsable de las categorías inferiores de la selección. ¿Qué impresión ha sacado de él?

R. Es un futbolista tremendo, un ejemplo para todos por lo que juega, por lo que transmite y por su absoluto compromiso con el equipo. Ve todo y persigue todo. No me extraña lo que decían Javi [Clemente] y José [Camacho] de Raúl. Tiene una jerarquía enorme en el equipo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de noviembre de 2003