El secretario general del Partido Popular, Mariano Rajoy, trasladó ayer a los empresarios catalanes que apoyen un Gobierno autónomo de "estabilidad", que, a su juicio, debe formar CiU con el apoyo parlamentario de PSC y PP. La vía catalana de Rajoy consiste en un Ejecutivo presidido por el nacionalista Artur Mas y sin el concurso de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). El candidato del PP a la presidencia se reunió ayer en Barcelona con cinco dirigentes empresariales, entre ellos, el presidente de Fomento del Trabajo, Juan Rosell, y el del Círculo de Economía, Antoni Brufau.
"Estabilidad a toda costa". Rajoy dejó muy claro su mensaje a los sectores económicos catalanes, que han tenido un protagonismo insospechado en estos comicios. El dirigente popular solo tenía previsto asistir ayer en Barcelona a la fiesta conmemorativa del 25º aniversario de El Periódico de Catalunya, pero hizo un hueco en su agenda para incluir una reunión con los empresarios.
La de ayer fue la primera visita poselectoral de la cúpula del PP al mundo empresarial catalán. La segunda tendrá lugar el martes, cuando el mismo presidente, José María Aznar, participe en un almuerzo de trabajo con los miembros del plenario de la Cámara de Comercio de Barcelona. En ambos casos, la iniciativa ha salido del PP.
En la reunión de ayer por la tarde, Rajoy, acompañado del líder del PP catalán, Josep Piqué, se entrevistó con los representantes de las organizaciones patronales: Juan Rosell (Fomento del Trabajo); Josep González (Pimec) y Eusebi Cima (Cecot); Miquel Valls, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, una corporación de derecho público; y Antoni Brufau, presidente del Círculo de Economía, un foro de debate económico.
Rajoy defendió ante los empresarios la necesidad de un Gobierno que no adopte una actitud de enfrentamiento con Madrid, y, como mecanismo para alcanzar este objetivo, propuso un "pacto no escrito" entre CiU, PP y el PSC. En las pasadas elecciones, el PP perdió su capacidad para sumar con CiU los 68 diputados en que se sitúa la mayoría absoluta.
Según Rajoy, los nacionalistas podrían gobernar en minoría con el apoyo del PP, en algunos casos, y del PSC, en otros, contando con que, además, en cada iniciativa legislativa concreta, uno de los dos partidos satélites tendría la posibilidad de apoyar o de abstenerse, pero nunca de oponerse. El objetivo sería no dejar que Esquerra Republicana participe del círculo del poder gubernamental.
Los empresarios respondieron a la propuesta de Rajoy manifestando que, aún en el caso hipotético de que la fórmula resultase viable, se pondría en funcionamiento una dinámica que sólo favorecería a ERC, ya que el partido de Josep Lluís Carod ha crecido precisamente "a partir del descontento que producen los pactos entre los nacionalistas y los partidos de corte españolista, como el PSC y PP", según la versión de uno de los representantes del sector económico que acudieron a la cita.
Tras el encuentro, el dirigente del PP emplazó a CiU a recordar su responsabilidad, demostrada en muchas ocasiones, para la gobernabilidad en los momentos más difíciles y defendió las bondades de la Constitución y el Estatuto, que "han funcionado" en los últimos 25 años.
Aznar, contra las aventuras políticas
El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer sobre las negociaciones de cara a la formación del nuevo Gobierno de Cataluña, que no cree en "las aventuras" políticas". Tras una entrevista con representantes de la patronal latinoamericana Lativex, el presidente del Gobierno afirmó: "No creo sinceramente que los gobiernos deban caer en manos de aventureros, en manos de personas que no dan las suficientes garantías desde el punto de vista de lo que significa la solidez y la estabilidad institucional". Aznar, sin referirse en ningún momento por su nombre a los distintos partidos que han de abordar las negociaciones, pero en clara alusión a ERC, pidió que se garantice la estabilidad institucional en Cataluña a la hora de llevar a cabo la formación del nuevo Gobierno.
El deseo de estabilidad fue también el centro de los argumentos defendidos ayer por el presidente la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, que presentó cinco "prioridades" que, a su juicio, deben formar parte de los objetivos del nuevo Gobierno la próxima legislatura. Estas cinco prioridades, que la Cámara de Barcelona concreta en las áreas de formación, innovación, infraestructuras, desarrollo empresarial e internacionalización, "deben aplicarse con independencia de los pactos de gobierno que se establezcan", dijo Valls. Para esta institución, la inversión del Estado en Cataluña debería aproximarse al 19% -frente al actual 17,5%- en concordancia con el peso del PIB catalán en el total estatal. Y en infraestructuras, la inversión del Estado en Cataluña debería ser equivalente como mínimo al 3,5% del PIB catalán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de noviembre de 2003