Mario Vargas Llosa estudió latín a trompicones, fugándose de las clases en Lima, y como tampoco fue muy religioso ni siquiera se sabe bien la respuesta más habitual de cualquier misa. Pero ayer le dieron en la Universidad de Oxford una lección completa de esta vieja lengua muerta, que los oxonianos resucitan para hacer más solemnes aún sus más solemnes ceremonias. El peruano que fue cadete en el colegio militar Leoncio Prado y que ahora en España es académico de su propia lengua escuchó con atención la que quizá haya sido la lección más larga que nunca atendió en latín. Pero lo hizo mirando de reojo la traducción en inglés.
Por otra parte, Vargas Llosa jamás había escuchado antes los títulos de sus libros en la más famosa de las lenguas muertas. Algunos resultan obvios, como Quis Palominum Molerum occiderit?, que no es otra que ¿Quién mató a Palomino Molero? Pero, ¿cómo podía adivinar Vargas Llosa que una de sus más famosas narraciones se hubiera dicho en el lenguaje de Cicerón Villam Viridem? Y si La casa verde se escribe de esa manera, en la lengua de la que nacen casi todas las lenguas que se hablan a nuestro alrededor, ¿cómo extrañarse de que Lituma en los Andes tuviera en el famoso idioma ya fallecido esta vivísima traducción sonora: Mortem in Montibus obviam...? Más aún: ¿cómo creen Mario Vargas y sus lectores que se dice en la lengua resucitada en Oxford el título de la que acaso sea su novela más personal, La tía Julia y el escribidor? Naturalmente, Fabularum narratorem.
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Pero el encargado de hacer el elogio en latín del honoris causa peruano no podía quedarse en la obra ya histórica de Vargas Llosa, así que acudió a la penúltima novela del narrador, y ésta se llamaría en latín, como habrán adivinado ustedes, Festum Caprinum, explicada así por el chamberlán de Oxford: "quo tyranni Dominicani vitam necemque ita depingit ut odium fastidium terrorem sentiat lector". Así pues, La fiesta del Chivo, "que traza la vida y la muerte del dictador Trujillo, llevando al lector odio, fastidio y terror". Festum Caprinum. Hasta Trujillo parece más solemne en latín, habiendo perdido su nombre y siendo, tan sólo, "tyranni Dominicani".
¿Oyó Vargas los discursos en latín? "No, qué va, me perdí por completo, me fui al texto en inglés". Así que tampoco supo que Chris Patten, el rector, habló así del "potentísimo magisterio" de su escritura en español: "Linguae Hispanicae magister potentissime...". Eso le pasa, le dijeron, por no haber ido a las clases de latín; en Oxford se la han dado gratis, y al final le otorgaron el diploma... honoris causa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de noviembre de 2003