Una inversión de 50 millones hasta 2008 para llevar a cabo una completa reorganización de la asistencia psiquiátrica que tienen los 300.000 enfermos mentales que viven en la región. Con este objetivo se firmó el 17 de diciembre de 2002 el Plan de Salud Mental de la región, que debía suplir las notables deficiencias detectadas en un estudio realizado por la Consejería de Sanidad.
Casi un año después, sin embargo, el consejero Manuel Lamela encontrará el plan casi sin desarrollar. "Su aplicación ha sido muy lenta. Se han dado pocos pasos y muy pequeños, probablemente por la falta de liderazgo que ha habido este año en la administración sanitaria", afirma Antonio Escudero, presidente de la Sociedad Madrileña de Salud Mental.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de noviembre de 2003