Si la Semana Machadiana de 1997 fue el reencuentro definitivo de Machado con Baeza, la Ruta poética inaugurada en marzo del año pasado por las descendientes del poeta Leonor y Eulalia Machado constituye el mejor legado poético que los turistas pueden encontrar a su llegada a Baeza. Son 17 monolitos que contienen fragmentos en bronce de los textos literarios que universalizaron el nombre de Baeza. Fue un homenaje a Machado, pero también se incluyen versos de poetas ilustres, como García Lorca o Juan de la Cruz.
La ruta arranca en la misma casa donde vivió Machado, discurre por el paseo Antonio Machado -centro neurálgico de la localidad- y se adentra en todo el casco histórico y en las murallas, donde se localiza un busto de Machado realizado por el escultor Pablo Serrano.
Otro bajorrelieve elaborado en bronce por Juan Cuesta, y que puede verse en el patio de la Antigua Universidad, recrea los famosos versos con los que Machado retrata a Baeza, Poema de un día.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de noviembre de 2003