Era una despedida a medias, porque no se va para casa, pero el discurso con el que Xosé Manuel Beiras abrió ayer en Santiago de Compostela la 11ª asamblea del Bloque Nacionalista Galego (BNG) marcaba el final de una etapa. Ante los militantes que hoy deberán elegirle un sustituto como cartel electoral del BNG, Beiras subrayó que su renuncia ha sido para "renovar" la organización, no para convertirla en un "coliseo de luchas internas". Los nacionalistas llegan divididos a esta asamblea por las opciones para sustituir a Beiras, pero en un asunto parece haber unanimidad: la ruptura con el PSOE, al que el líder saliente atacó con dureza entre los aplausos estruendosos de más de 1.000 militantes que asistieron a la sesión inaugural.
Beiras arremetió contra la dirección federal del PSOE, a la que tildó de "cómplice" de la "ofensiva chovinista del aznarismo" contra los nacionalistas gallegos, catalanes y vascos. Para la cúpula del socialismo gallego, a la que el pasado jueves dio un ultimátum a fin de recomponer sus pactos municipales, virtualmente rotos, Beiras reservó todo su desdén: "El PSdeG no existe. Sólo se sostiene cuando Madrid le da oxígeno. Pero el PSOE va a pinchar en marzo". Beiras arrancó la mayor ovación cuando personalizó sus ataques en los alcaldes socialistas de A Coruña, Francisco Vázquez, y Vigo, Ventura Pérez Mariño. Los nacionalistas tratan de forzar la dimisión de este último, independiente en las listas del PSOE, después de que les expulsase del Gobierno municipal de coalición constituido en mayo.
Salvo sorpresa, las quinielas internas apuntan al senador Anxo Quintana como sustituto. Le apoyan la dirección saliente y los sectores principales. Pero este respaldo debe medirlo en dos frentes. Como candidato a la Xunta se le enfrenta el eurodiputado Camilo Nogueira, y a la pugna por la futura dirección también concurren dos listas. Y el sistema asambleario del BNG siempre trae incertidumbre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de noviembre de 2003