Cuando la escritora canadiense Susan Swan (Ontario, 1945) comenzó a entrevistar al hombre más alto de Inglaterra le entró pánico y salió corriendo, y eso que ya investigaba sobre la vida de Ana Swan, una antepasada suya del siglo XIX, que medía 2,40 metros y cuya vida ha contado en La mujer moderna más grande del mundo (Losada).
Su interés en Ana comenzó a los 12 años. Por entonces se sentía acomplejada, pues llegaba a 1, 84 metros (lo que mide ahora) y en el colegio se reían de ella. En el caso de su antepasada, la estatura la apartó de la vida convencional de su época. La reina Victoria de Inglaterra la recibió y le pidió que la dejara pasar entre sus piernas; se codeó con la nobleza y disfrutó de libertad sexual. Con uno de sus amantes tuvo dos hijos (de once kilos cada uno), que murieron tras el parto, y se casó con otro gigante, a quien sacaba 20 centímetros. "Murió a los 42 años en una granja de Ohio".
"He tratado de contar con humor una historia dramática. Ana tuvo que aprender a sacar partido de su tamaño y lo hizo en el museo de las curiosidades". Allí convivió con una familia albina, el ruiseñor bicéfalo (unas siamesas que cantaban a dúo) y una mujer barbuda. Susana Swan ha mandado un guión de la adaptación de la novela a Almodóvar. "Me parece el director ideal para este filme".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de noviembre de 2003