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OPINION DEL LECTOR

El plato frío de la venganza /2

Para los observadores, la presidenta de la Comunidad no quiso que hablara. Él dice que no quiso hablar y ella no le dejó para que no le interpretaran mal, y evidentemente lo ha logrado. Esperanza Aguirre ha conseguido su propósito y nadie podrá malinterpretar a Ruiz-Gallardón por lo que dijo, pero no ha podido evitar que se interpreten sus emociones. Aguirre se tuvo que saltar dos veces el protocolo para contentar a Mariano Rajoy e impedir que su predecesor le quitara protagonismo, lo que no ha impedido que su actitud haya sido interpretada como un gesto hostil hacia su compañero de partido y no así las palabras de cortesía que éste tendría preparadas y que no pudo pronunciar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de noviembre de 2003