Eran unos cuantos jóvenes que se echaban a la calle, filmaban lo que podían, en condiciones técnicas precarias y al margen de la legalidad, con la vocación de realizar un cine militante. Zinebi ha reunido en el ciclo Las brigadas de la luz. Vanguardia artística y política en el cine español (1967-1981) 62 películas, de 31 directores o colectivos, para "fijar en la memoria de los nuevos públicos" las imágenes que realizaban en las difíciles circunstancias del franquismo y la Transición.
Zinebi, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, encargó la selección de títulos para el ciclo de cine político español al crítico e historiador cinematográfico Julio Pérez Perucha (Pamplona, 1945). "Fuera de la corriente de la institución cinematográfica española de la época había gente que opinaba sobre las cosas o que rompía con la estética", recordaba ayer Pérez Perucha. Entre esas películas ha seleccionados los títulos incluidos en Las brigadas de la luz, "películas estimulantes, pero olvidadas o poco conocidas, que no han contado a la hora de escribir la historia del cine". Las brigadas de la luz se proyecta en los Multicines (calle José María Escuza, 13).
Los 62 filmes, de distintos metrajes, han sido agrupados en 14 programas que además de seguir un orden cronológico, tratan de relacionar las películas entre sí. Los filmes seleccionados avanzan en el tiempo hasta llegar a Cada-ver-es (1981), de Ángel García del Val, que cierra el ciclo con la historia de un superviviente de una brigada del ejercito republicano que luchó en la batalla del Ebro y se gana la vida en un depósito de cadáveres.
"Hemos querido poner en pie y proyectar un material que, insólitamente, esta vivo tanto en en sus aspectos políticos como estéticos. Esto quiere decir que las películas están planteadas con seriedad y que España va bien", recordó con ironía Pérez Perucha. "Estamos peor que entonces y las películas funcionan".
Desde fuera de las corrientes oficiales, los cineastas españoles recibieron la influencia del Mayo del 68 y la efervescencia del cine militante que recorría Europa. Andrés Linares, documentalista, director y guionista, miembro destacadao del Colectivo de Cine de Madrid, destacó que un grupo de jóvenes comenzaron a trabajar en la clandestinidad porque "el país real no se filtraba al cine" que se hacía en España y querían hacer de la cámara "un arma contra la dictadura". Linares criticó la existencia en la actualidad de una censura "mas sútil" que la franquista y señaló un ejemplo: su documental sobre los trabajadores de Sintel no ha sido comprado por ninguna televisión.
Esta tarde se celebrará en el Teatro Arriaga (sala polivanlente, 20 horas) una mesa redonda sobre la vanguardia artística y política en el cine español, que contará con la presencia de 19 personas con experiencia en la realización cinematográfica en el franquismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de noviembre de 2003