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EE UU recorta la ayuda a Israel por los asentamientos y el muro

La sanción muestra el grado de tensión entre ambos países

Estados Unidos ha anunciado que recortará en 290 millones de dólares la ayuda financiera indirecta que otorga anualmente a Israel como protesta por la negativa del Gobierno de Ariel Sharon a congelar las actividades urbanísticas en los asentamientos de Cisjordania y Gaza, y proseguir, además, con la construcción del muro de separación con los territorios palestinos, a pesar de los llamamientos reiterados que en este sentido ha venido efectuando la Casa Blanca en los últimos meses.

La cantidad establecida por Estados Unidos como penalización a Israel es, según Washington, el montante del presupuesto que los ministerios de Defensa y de la Vivienda del Gobierno de Ariel Sharon han destinado en el último año para ampliar asentamientos y construir los 180 kilómetros de muro que les separa de Cisjordania. Esta sanción económica no se restará, sin embargo, de la ayuda directa que Estados Unidos concede a Israel, que se eleva anualmente a unos 500 millones de dólares, sino que se sustraerá del paquete de garantías bancarias que concede la Casa Blanca al Gobierno hebreo y que le sirve a Israel para obtener préstamos a interés bajo, y que se eleva a 9.000 millones de dólares por un periodo de tres años.

La sanción económica de Estados Unidos contra el Gobierno de Israel demuestra el grado de tensión existente entre el presidente norteamericano, George W. Bush, y el primer ministro Ariel Sharon como consecuencia de su política belicista contra los palestinos y su decisión de continuar con la construcción del muro de separación. Hace pocos días, Bush, en un discurso, volvió a criticar la política de Sharon y reclamó al Ejecutivo israelí que cesara con las "humillaciones cotidianas ejercidas sobre los palestinos" y que, además, no comprometiera la aplicación de las negociaciones de paz establecido en la Hoja de Ruta "construyendo muros y vallas".

El anuncio de sanción de la Administración republicana se produce en un momento crucial del conflicto de Oriente Próximo, mientras se acumulan encima de la mesa las iniciativas de paz y se ultiman en Suiza los preparativos para la firma solemne de los Acuerdos de Ginebra, que durante tres años han estado negociando representantes de los frentes pacifistas del bando israelí y palestino. Esta última iniciativa cuenta con el respaldo de la Administración de Estados Unidos, según se desprende de una carta que el secretario de Estado Colin Powell remitió a los promotores y que provocó la indignación del Ejecutivo presidido por Sharon.

La última iniciativa de paz, la séptima presentada hasta el momento, fue hecha pública ayer por un portavoz del partido Laborista, presidido por Simón Peres. El proyecto laborista contempla la declaración de un Estado de Palestina en los territorios situados al este de la línea de 1967, aunque no descarta la posibilidad de que se intercambien territorios para preservar así los asentamientos más importantes. Paradójicamente, los laboristas apoyan en su plan de paz la construcción del muro diseñado por Sharon, aunque reclaman que las obras no invadan el territorio palestino. [El Ejército israelí mató ayer a tres palestinos, de los que dice preparaban una emboscada contra colonos judíos que viven en la franja de Gaza, informa Efe].

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de noviembre de 2003