Otros ámbitos

Madrid tiene una vida musical semiescondida a la que no se presta la atención que merece. Es el caso de la interesante temporada del Plural Ensemble, que se cerraba con un concierto que ofrecía muchos alicientes y que respondió con creces a su propuesta. Se empezó con un estreno en España de José Manuel López López, uno de nuestros mejores compositores. Le parfum de la lune, basado en haikus del poeta japonés Yosa Buson, es una obra exquisita, un verdadero concierto para violín y pequeña formación en la que se dan cita lo táctil, lo visual, el ánimo y la naturaleza, en la que los diseños horizontal y vertical se encuentran con el virtuosismo pedido a un solista que para la ocasión fue el estupendo Juan Luis Gallego. Estreno en España era también Epístola al transeúnte, de Luis de Pablo, lejanamente inspirada en la poesía de César Vallejo, ambiciosa en su limitación instrumental pero fuertemente expresiva. Máxima irradiación espiritual con el mínimo de elementos. Muy distintas entre sí son Fulgurar y Japanese Pictures, de Fabián Pasinello, cercana a un impresionismo recreado la primera y fuertemente sazonada la segunda, que evoca pianismos que van de Prokófiev a Stockhausen. Las tocó con empuje, convicción y técnica Alberto Rosado. Se cerró la sesión con una lectura entregada de la versión que Webern hiciera, para la Asociación Vienesa de Ejecuciones Musicales, de la Sinfonía de cámara nº 1 de Schönberg, casi una obra diferente de la original y que conserva toda su carga de cambio revolucionario.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de noviembre de 2003