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CARTAS AL DIRECTOR

Justificar la violencia de género

En relación con la noticia publicada en su periódico ayer sobre el apuñalamiento a manos de su ex compañero de una mujer en León y de una amiga suya, resulta indignante no ya el hecho en sí y la frialdad del agresor que no dijo que se arrepentía, sino especialmente las afirmaciones de la policía de que "no hubo premeditación por parte del agresor" y que "se trata de un arrebato pasional producido por los celos".

¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar que se justifique la violencia contra las mujeres en nombre de unos celos malentendidos que suponen la obsesión de posesión? ¿Cómo es posible que no se considere que el ataque fue premeditado cuando el asesino confeso declaró que "quiso dejar viva a la amiga de la víctima para que hubiera un testigo de lo ocurrido"? La violencia de género es un problema de difícil solución mientras sigamos haciendo nuestros alegatos como el recogido en esta noticia, que de alguna manera justifican la conducta criminal de algunos hombres hacia las mujeres.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de noviembre de 2003