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OPINIÓN DEL LECTOR

Pacto en Benalmádena

Es comprensible que la socialista Juana Cabezas, miembro del PSOE de Benalmádena y de la ejecutiva provincial, no esté contenta con el pacto de gobierno firmado entre el GIB-Bolín (Grupo Independiente de Benalmádena) y el PP. Asegura en su carta, recientemente publicada, que ella hubiera preferido un pacto PP, PSOE, IU y considera que la gobernabilidad asegurada es un engaño al pueblo.

Para empezar, lo que significaría un engaño es que no gobernara el GIB-Bolín que es a quien el pueblo ha votado por mayoría (aunque no absoluta). Lo que pasa es que todo el mundo sabe en el municipio que lo que quería el PSOE es desbancar definitivamente a Enrique Bolín. Y eso, afortunadamente para la mayoría, no lo ha conseguido, porque resulta que los electores han preferido a Bolín, ya que es el que ha recibido más votos. Por algo será, el pueblo es sabio. Y en esas circunstancias, los ciudadanos se hubieran sentido engañados de verdad si hubiera fructificado un pacto del PSOE e IU con el PP, por otra parte, bastante antinatural.

Estoy seguro que los votantes de Benalmádena no se han sentido engañados con el pacto. Ni los del GIB-Bolín ni los del PP, aunque sí entiendo que el PSOE y sus votantes se sientan un poco frustrados. Matemáticamente, sí era posible desbancar a Bolín pero no era natural. El pacto celebrado asegura la gobernabilidad y, pese a la bandera inmovilista que continuamente enarbola el PSOE, Benalmádena avanza imparable hacia un futuro más próspero, por voluntad de sus votantes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de diciembre de 2003