En relación con la crónica Ni ricos ni famosos, apenas reales, aparecida el 28 de noviembre, deseo hacer las siguientes puntualizaciones. 1. La condición de rector de Víctor Siurana no es una reivindicación: está establecida en la ley 34/1991 (art. 5.3), de creación de la Universitat de Lleida (DOGC, 15-1-1992). 2. Mis críticas al retrato del ex rector Jaume Porta, pintado por Josep Segú, no iban dirigidas ni al estilo ni a la calidad del cuadro, sino a la iconografía y a su oportunidad. Que Segú esté tranquilo. Su trabajo es bueno con relación al encargo que recibió: nadie duda que la imagen refleja al modelo y a su personalidad. 3. La iconografía escogida, aspecto decidido por quien hace el encargo, tiene sus raíces en las imágenes medievales del poder, en la variante del promotor acompañado de maquetas de construcciones. Ésta no es una iconografía pertinente para una universidad pública del siglo XXI. A ello hay que añadir el tamaño excesivo del cuadro, cuyas medidas (144 por 113 cm) superan las de los 34 retratos de rectores expuestos (todos de 123 por 88 cm), en la Universidad de Barcelona. 4. Por lo que se refiere a la galería de rectores, esta iniciativa no fue ni siquiera conocida por la Junta de Gobierno de la universidad. Entre las universidades catalanas, sólo la de Barcelona tiene tradición de retratos al óleo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de diciembre de 2003