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Los escándalos de Boeing llevan al Pentágono a poner fin a un contrato

Washington

El Pentágono decidió ayer suspender un contrato que firmó hace dos años con el gigante aeronáutico estadounidense Boeing, valorado en 22.000 millones de dólares. Los escándalos que envolvieron este acuerdo y otras operaciones controvertidas de Boeing forzaron el pasado lunes la dimisión de su presidente, Phil Condit. Desde ese mismo momento, el órgano de defensa estadounidense puso en entredicho la continuidad de ese contrato de 100 aviones cisterna.

En una carta a la Comisión de Fuerzas Armadas del Senado, el secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, indicó que había pedido un aplazamiento con el objetivo de obtener más información sobre el contrato firmado entre el Ejército del Aire y la compañía aérea. Ahora el acuerdo está suspendido.

Sospecha de espionaje

La compra de los aviones cisterna se produjo mientras el responsable financiero de Boeing, Michael Sears, mantenía conversaciones con la jefa de unidad de adquisiciones del Ejército del Aire de Estados Unidos, Darleen Druyun, una de las mujeres más influyentes del Pentágono, que más tarde fue fichada por Boeing. Así, la concesión a esta compañía, frente a la aeronáutica europea Airbus, que competía con ella por el jugoso contrato, ensombreció el proceso y generó sospechas de espionaje y conflicto de intereses.

Se sospecha de Druyun ofreció información confidencial a Boeing sobre la oferta europea cuando todavía trabajaba para las fuerzas aéreas del país. Tanto Druyun como Sears fueron despedidos de sus puestos en Boeing la semana pasada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de diciembre de 2003