Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Fallece un operario de la fundición Celsa arrollado por vigas de hierro

Una muerte más que añadir al largo goteo de accidentes laborales mortales que han ocurrido en Cataluña durante el último año. El pasado miércoles, hacia las doce de la noche, el operario Rafael Gómez, de 41 años, murió al instante al ser arrollado por 5.000 kilos de vigas de hierro en la fábrica de Castellbisbal (Vallès Occidental) en la que trabajaba.

Rafael Gómez llevaba más de tres años en la empresa Compañía Española de Laminaciones (Celsa), que se dedica a la fabricación de barras y rollos de acero. Su trabajo consistía en vigilar desde un lugar elevado que no se produjera ninguna anomalía y que las vigas estuvieran colocadas correctamente para que después una grúa las cargara en el camión de transporte. Pero según explica Carlos Salto, responsable de salud laboral de la federación del metal de Comisiones Obreras, algo sucedió y se pararon las máquinas. Gómez bajó y "no se sabe por qué la maquinaria volvió a ponerse en marcha".

Falta de seguridad

En opinión de Salto, en la zona donde se produjo el accidente "hay una falta total de medidas de seguridad laboral". El recinto está rodeado por una valla pequeña y para acceder a él hay que cruzar una puerta. Lo habitual es que "cuando alguien cruza esta puerta se accione un mecanismo de seguridad y todas las máquinas se paren". Esto no sucedió. El sindicalista también criticó que no se avisara a la Inspección de Trabajo hasta las diez de la mañana de ayer. "Si se pudo llamar al juez para el levantamiento del cadáver, por qué no se avisó también a Inspección?", se pregunta el responsable de Comisiones Obreras. "La comunicación hubiera tenido que ser inmediata", señaló Salto.

La muerte de este trabajador consternó ayer a sus compañeros. El comité de empresa decidió que todos los empleados de la planta donde sucedió el accidente paren la actividad hasta el próximo martes, en protesta por el accidente que ha costado la vida a su compañero. Los restantes (la empresa tiene un millar de trabajadores) pararán cinco horas el día del entierro de Rafael Gómez.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de diciembre de 2003