Día a día crece mi indignación con la gestión del Bus-VAO. Mi mujer trabaja en un pueblo de Madrid; yo, en el centro, y tengo que entrar en hora punta con mi furgoneta diariamente. Es frustrante e insultante estar en un atasco que colapsa los tres carriles de la A-6 y ver a tu lado dos carriles vacíos, surcados por autobuses y algún coche afortunado con pareja de hogar y trabajo. Ese carril se hizo con el dinero de todos los impuestos directos e indirectos que proporciona mi coche y tengo tanto derecho a usarlo como el que tiene un vecino que trabaja cerca de él.
El asunto se vuelve más sangrante cuando regreso a mi casa sobre las ocho y media, de noche, cansado y con ganas de ver a mi familia... Pues aquí también se me niega usar esa vía central y me condenan a un atasco que parezco merecer por trabajar con una furgoneta. Es muy doloroso estar totalmente detenido, deseando llegar a casa y observar cómo te rebasan vecinos más afortunados y "más cívicos" por llevar a otra persona con ellos. ¿Qué quieren, que recoja desconocidos por las paradas de autobuses? Espero que esta carta llegue a alguien de Tráfico y se humanicen un poco. Es increíble tener cinco carriles de salida/entrada y la mayoría de los ciudadanos del noroeste de Madrid sólo podamos usar tres, es decir, un 60% de nuestros recursos. Muy inteligente; sí; señor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de diciembre de 2003