El crecimiento súbito que la banda ha experimentado en el último año provoca que la propuesta no sea tan clara ahora en un gran recinto como la que se veía hace unos meses en un pequeño bar ante no más de 40 personas. Tienen tablas a raudales, y Campello -un verdadero bicho- acapara todo el espectáculo con una voz desgarrada convincente, y con profusión de saltos mortales hacia atrás que la gente que abarrotaba La Riviera aplaudía de forma frenética. Se celebra que, para un rato, inviten al escenario a Rubem Dantas, el hombre que introdujo en los sesenta el cajón en el flamenco a instancias de Paco de Lucía. Hay dispersión, sin embargo, al perderse en largos pasajes instrumentales, con propuestas que recuerdan más al rock andaluz progresivo de los setenta, pelín espeso. Lo salvan sus geniales canciones (11 Farolas, Mama Dolores, la taurina, Entiendo, De los malos, Pa ti...), que su gente corea enteras, la impagable versión de Bien pagá. Una lavadora y una muñeca gitana souvenir presiden su concierto: un centrifugado feliz que inspira la portada de su disco.
El Bicho
Miguel Campello (voz), Miguel Iniesta (guitarra), Carlos Jato (bajo), Toni Mangas (batería), David Lobos (percusión), Pepe Andreu (trompeta), Juan Carlos Aracil (flauta). Artista invitado. Rubem Dantas (cajón). La Riviera (Madrid), 4 de diciembre de 2003.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de diciembre de 2003