La perspectiva de inversiones y beneficios por la Copa del América invita a una reflexión sobre las posibilidades de desarrollo de la ciudad y su proyección exterior, un debate iniciado ya por diferentes sectores. Mientras los empresarios animan a explotar el potencial del evento para lograr las infraestructuras portuarias y de transportes previstas, arquitectos, sociólogos y otros profesionales, además de asociaciones vecinales y la oposición al PP, reclaman también mejoras urbanísticas y de servicios en barrios de la fachada marítima y el centro histórico, entre otras medidas.
Desde el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Valencia recuerdan la necesidad de planificar las actuaciones para garantizar beneficios futuros. José Salinas, director general del Consorcio Valencia 2007, no alberga dudas al respecto. Frente a la "dificultad" de rentabilizar unas instalaciones deportivas dimensionadas para la celebración de unos Juegos Olímpicos, en Valencia, "va a quedar una ciudad abierta al mar con una dársena interior para todos".
La Copa del América, además, atraerá a cientos de miles de visitantes a Valencia y a los puertos deportivos de la costa valenciana, que se aprestan a construir nuevos amarres. Valencia alcanzará "por fin una proyección turística internacional", sostiene Salinas.
En su opinión, el peso del sector turístico aumentará "con un componente de demanda de calidad", añade. La ciudad tenía previsto pasar en 2005 de las 10.000 plazas hoteleras actuales hasta 14.000, y ahora revisa las cifras. El importante impacto turístico se une al mediático; a la última edición de la Copa del América, en Nueva Zelanda, acudieron 100 televisiones y se retransmitieron 2.797 horas a una audiencia potencial de decenas de millones de personas.
Valencia puede contar con una importante proyección al exterior para difundir la imagen de una ciudad "en evolución, con historia y dinámica", según la define Salinas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de diciembre de 2003