Por desgracia, se ha puesto de moda regalar mascotas ( perros, gatos, loros, peces, jilgueros, tortugas, hámsters, iguanas, ardillas...) y la consecuencia de tal frivolidad es que gran parte de esos animales son abandonados o acaban en el cubo de la basura o muriendo por no haber sido cuidados debidamente. Debe ponerse fin al sufrimiento de tantas criaturas inocentes, a quienes golpea el dolor, el miedo y la tristeza lo mismo que a nosotros. Nunca compremos ni regalemos animales; así se irá desmontando este tráfico infame.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de diciembre de 2003