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El euro supera los 1,22 dólares en su séptimo máximo consecutivo

La libra se revaloriza a un récord de 11 años, y el oro alcanza los 410 dólares por onza

El euro superó ayer los 1,22 dólares, una nueva marca histórica de una subida que ayer marcó su séptima jornada consecutiva. La debilidad del dólar se acentúa y la expectativa de que la Reserva Federal de EE UU mantenga hoy los tipos de interés al 1%, el mínimo en 45 años. Esto significaría que la Fed aún cree que hay que apuntalar la recuperación económica de EE UU, a pesar de los últimos buenos datos de crecimiento. Los mercados apuestan por el euro y por otros valores como la libra esterlina, que ayer fijó un máximo de 11 años frente al dólar, o el oro, que superó los 410 dólares por onza.

La moneda europea subió ayer por séptimo día consecutivo y superó por primera vez el umbral de 1,22 dólares. La libra esterlina, el yen y el franco suizo, o valores refugio de toda la vida como el del oro, están tocando máximos un día sí y el otro también a medida que el dólar se debilita más y más. Buena situación para los europeos con ganas de viajar a EE UU y mala para las empresas exportadoras del Viejo Continente. En lo que va de año, el euro ya se ha apreciado un 16% frente al dólar. Con la libra lo ha hecho un 7,7% y con el yen, 5%. El euro nació a un cambio de 1,1667 dólares y llegó a depreciarse hasta 0,80 dólares por unidad. El cambio de ayer equivaldría a 136 pesetas por dólar. Casi ningún analista vislumbra el final de esta tendencia a pesar de que hay muchos signos de que la economía estadounidense ha dejado atrás la peor parte de su crisis.

"Hay que rebuscar mucho en este momento para encontrar razones para comprar dólares", comentaba hace una semana en Madrid el premio Nobel de Economía Myron Scholes. "No obstante, no hay que olvidar que hay muchas razones para que una divisa se revalorice o se deprecie y, entre ellas, están las políticas", añadió el economista. En torno a la debilidad de dólar -o a la fortaleza del euro- revolotean varios factores políticos, según la opinión de varios analistas.

La Administración de Bush ha acumulado un enorme déficit en el último año, agravado sin duda por la coincidencia de la debilidad económica y los gastos extras tras las campañas bélicas de Afganistán e Irak. Cuanto más elevado sea el valor del dólar, más le costaría al Gobierno estadounidense hacer frente a ese déficit. Por otra parte, un dólar bajo abarata las exportaciones y es la tercera pata del estímulo para el consumo junto a los bajos tipos de interés y la rebaja fiscal. Casi ningún analista cree que la Administración Bush está interviniendo en el mercado para debilitar el dólar, pero, al mismo tiempo, casi ninguno duda de que nada está haciendo para revertir la tendencia a la baja de la moneda.

La Fed no mueve ficha

La Reserva Federal se reunirá hoy para ver si modifica los tipos de interés en la primera economía del mundo, que actualmente están en el 1% (la mitad que en la zona euro), su nivel más bajo en 45 años. No obstante, ningún experto espera que Alan Greenspan, el presidente de la Fed, mueva ficha, sino que más bien que espere a ver cómo termina el año y cómo arranca 2004.

A pesar de que la economía estadounidense registró un crecimiento del 7,2% en el tercer trimestre de este año, el mayor salto en casi 20 años, hay aún dudas acerca de si ha sido un tirón aislado o si definitivamente la economía se ha recuperado del todo. Al parecer la Reserva Federal desconfía y es por ello que no se prevé que cambie los tipos de interés hoy. Parte de esa desconfianza se debió a que ayer se conoció que el desempleo estadounidense se redujo apenas una décima en noviembre, hasta el 5,9%, muy por debajo de las expectativas de muchos expertos.

La mezcla entre unos tipos de interés al 1% y un cierto pesimismo sobre el futuro económico estadounidense que todavía asalta de tanto en tanto las mentes de los inversores es fatal para el dólar. No hay casi ningún estímulo para que un inversor compre esta divisa: ni alta rentabilidad a corto plazo ni claras perspectivas de que la haya a medio plazo.

Las oportunidades para los inversores están sin duda fuera de EE UU. La libra esterlina, el dólar australiano, el franco suizo, se están beneficiando de la búsqueda de la rentabilidad por parte del mercado. Por otra parte, como EE UU importa mucho más de lo que exporta, el flujo de dólares hacia el exterior es enorme. Si los tenedores de esos dólares los venden en vez de retenerlos, el valor de la divisa estadounidense cae y eso está pasando. Los tenedores de dólares prefieren invertir en otras divisas o en oro en vez de quedarse con los dólares.

El oro, a 410 dólares

El oro, por cierto, está jugando otra vez su papel de valor refugio en estos tiempos de incertidumbre. Para quienes no quieren jugarse en el mercado de divisas o el bursátil el metal precioso vuelve a aparecer como una alternativa apetecible. La onza de oro ya superado los 410 dólares, su valor máximo en casi un decenio, y a medida que la "desinversión" en dólares es mayor más se beneficia el mercado del oro. De hecho, la revalorización de este metal, como el de la plata o el platino, ha ido en paralelo con la del euro.

Los únicos que no están contentos con la debilidad del dólar son los japoneses, ya que la fortaleza del yen encarece sus exportaciones justo en el momento en que su economía está mostrando los primeros signos de recuperación desde la crisis de 1998/99. El Banco de Japón ha vendido yenes por valor de 160.000 millones de euros en lo que va de año para debilitar su moneda y el Gobierno ya ha anunciado que seguirá con esta medida.

El crudo, un dólar más caro

El precio del barril de petróleo se disparó ayer más de un dólar tanto en los mercados de Nueva York como en el de Londres a raíz de las bajas temperaturas registradas en EE UU. En Londres, el barril tipo brent rozó los 30 dólares, mientras que el West Texas casi alcanzó los 32.

El fuerte aumento del crudo no se atribuye, al menos de momento, ni a la baja producción petrolera en el mundo ni a la escasez de productos refinados o de existencias en el mercado estadounidense.

Sin embargo, de continuar el frío intenso en el norte y el aumento del consumo, es posible que la OPEP desista de su intención de recotar la producción de 24,5 millones de barriles diarios en su próxima cumbre del 10 de febrero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de diciembre de 2003

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