El Gobierno de Israel consiguió ayer que el Parlamento de Jerusalén aprobara un presupuesto especial de 100 millones de dólares para construir un nuevo tramo del muro de separación con Cisjordania. La decisión supone un desplante a la Asamblea General de Naciones Unidas, que el lunes decidió trasladar el problema del muro ante el Tribunal Internacional de Justicia en La Haya.
"Es muy triste que un grupo de países se sirva cínicamente de la Asamblea General de la ONU para deslegitimar a un Estado miembro. El Estado judío es el único que ha sido obligado a rendir cuentas ante un tribunal, por su derecho legítimo a defenderse", había asegurado horas antes Raanan Gissin, uno de los portavoces del Ejecutivo israelí.
A pesar de estas críticas, Israel ha anunciado oficialmente que colaborará con el Tribunal de La Haya, ante cuya jurisdicción tratará de justificar su "derecho a la defensa". El Gobierno ultima también los detalles de una campaña de relaciones públicas en todo el mundo, con la que tratará de hacer entender a la comunidad internacional que el muro tiene como principal objetivo impedir el paso de los comandos suicidas palestinos.
Por su parte, la Autoridad Palestina considera que la decisión de la ONU supone la "victoria del derecho" y un mensaje de apoyo de la comunidad internacional, que de manera reiterada ha pedido a Israel paralizar la construcción del muro.
El ministro y ex responsable de las negociaciones de paz Saeb Erekat pidió ayer públicamente a la ONU que ponga "plazos obligatorios y mecanismos para constatar que Israel cesará la construcción del muro".
Mientras, al menos dos personas murieron y otras tres resultaron heridas en una explosión registrada en una aldea próxima a Hebrón cuando manipulaban un artefacto explosivo, dijeron fuentes palestinas y del Ejército israelí a la agencia France Presse. Los militares israelíes señalaron que probablemente las víctimas se encontraban preparando un artefacto explosivo cuando se produjo la deflagración.
Horas antes se informó de la muerte de otras tres personas por disparos del Ejército israelí. Una de ellas es un palestino de 16 años que, según testigos, fue abatido en las cercanías del paso de Kalandia, a la entrada de Ramala. Las otras dos personas murieron en la frontera con Líbano cuando habían penetrado en territorio israelí. Algunas informaciones apuntaban a que los muertos eran cazadores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de diciembre de 2003