Visité coincidiendo con el día de la Constitución la Basílica de la Macarena. Y fue grande mi sorpresa al encontrame allí la tumba del general golpista Queipo de Llano, rodeado, además, de placas donde diversas instituciones, entre ellas la Hermandad de la Macarena, le rinden homenaje.
Probablemente los actuales responsables de la Basílica y de la Hermandad desconozcan que Queipo de Llano fue la persona responsable de la represión que, como consecuencia del levantamiento contra el gobierno democrático de la República, azotó a los vecinos del barrio de la Macarena. Como consecuencia de dicha represión, miles de vecinos y vecinas del entorno de la Basilica fueron asesinados.
Creo que cuando ya han pasado 25 años desde que tenemos Constitución, de alguna manera se recuerde la memoria de aquellos que murieron por creer en la democracia y se ponga en su lugar a quienes no fueron más que unos asesinos. Por ello, solicito a las autoridades responsables que se lleven los restos de Queipo de Llano lejos del barrio, barrio que ordenó cubrir con la sangre de sus vecinos, y retiren las placas donde se le homenajea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de diciembre de 2003