Me trae alegría el Premio Cervantes de este año por la amistad que siento por Gonzalo Rojas y también por las señales de afecto que de él he recibido, pero, sobre todo, mi celebración tiene que ver con el carácter de la poesía que se premia.
Cuando, como ocurre en España, anda extendida la confusión a propósito de lo que puedan ser el lenguaje y el pensamiento poéticos, la obra de Gonzalo resulta aleccionadora. Él no se extravía en el pensamiento discursivo ni en el lenguaje que dicen normalizado; Gonzalo entra en las palabras, sobrepasa su inmediata función informativa y las coloca en un estado que comporta creación y revelación.
Antonio Gamoneda es poeta.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de diciembre de 2003