No soy vecino del barrio, pero lo conozco bastante bien y me he quedado pasmado con las últimas noticias aparecidas sobre la Casa Grande del Pumarejo. ¿O más que noticias habríamos de decir mejor globos sonda? Me explico. De unas semanas acá son ya unos cuantos los usos que el Ayuntamiento, o el delegado de Urbanismo al menos, parece querer meter en este edificio, una vez sea propiedad municipal, culturales y expositivos; oficinas de la administración, centro de salud... A cada cual puede parecernos mejor o peor cada uno de estos usos para un inmueble como éste. Pero donde encuentro la gracia del asunto es más en lo que hay o puede haber alrededor de semejantes anuncios por parte del señor Carrillo.
Y es que resulta obvio que en el edificio, aun siendo grande, no hay sitio para meter tantos usos diferentes, y que, incluso, algunos de estos, como el de centro de salud, difícilmente cabrían, aunque fuera el único por introducir. A no ser que este delegado tenga en mente vaciar previamente la Casa Grande de los residentes, negocios, talleres y asociaciones que lo ocupan y dan vida. Una rica variedad de usos que han justificado, en buena parte, la declaración del inmueble como monumento...
En el zaguán de la Casa, donde están colgadas, he leído las instrucciones particulares fijadas por Cultura para el edificio cuando lo declaró monumento. Y podría asegurar que los usos que dicen quererse meter en éste son incompatibles con las mismas. Aunque puede ser, claro, que el delegado, a la vista de casos como el de San Telmo, confíe en que Cultura será "tolerante" ante cualquier proyecto de intervención sobre la Casa mientras venga promovido por un organismo igual de progresista que ella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de diciembre de 2003